barcelona - Frank Miller ocupa un lugar preferente en el olimpo del cómic, el historietista que supo ver el lado tenebroso de Batman y que en 1986 rescató al hombre murciélago del pastiche camp y lo transformó en El Caballero Oscuro, un ser atormentado, bajo cuya sombra han madurado otros muchos superhéroes.
Si se escucha la cavernosa voz de Miller, invitado de honor estos días en el Salón del Cómic de Barcelona, se comprende que en esa cabeza bulle un universo de energía capaz de nutrir a varias generaciones de lectores y de espectadores, porque Miller no sólo es un genio de las viñetas, sino que el cine es otra de sus pasiones. “Como guionista he descubierto que trabajar en Hollywood es muy doloroso, pero hacerlo como guionista y director a la vez resulta emocionante”, asegura Miller, que dirigió en solitario la adaptación de The Spirit, de Will Eisner. Aunque dice que el cine es “el medio narrativo más poderoso que se ha visto jamás”, el creador de 300 asegura que “si puedes dibujar y guionizar, ser artista de cómic es lo mejor que te puede ocurrir”.
La editorial ECC acaba de publicar en España la nueva entrega de El Caballero Oscuro III: la raza superior, donde ahonda en la parte más siniestra de la historia del personaje. “A la gente le gusta la parte oscura por dos cuestiones. La primera, que resulta más sexy. El Zorro es mucho más interesante que el Capitán América. La segunda, que los héroes nos salvan de las cosas que nos dan miedo y ¿quién mejor para ocuparse de los malos que alguien que dé miedo?”, remarca.
Quien se haya acercado a Miller sabe que le gustan los roles femeninos potentes: Martha Washington, Elektra... ¿Es el momento de que las mujeres tomen el poder? “Siempre había tenido que ser así, el mundo será mucho mas tranquilo y mucho más inteligente”. Ante el proceso presidencial en su país resulta inevitable hablar de política. “Allí siempre creen que las elecciones americanas van a cambiar el mundo, pero en este caso se trata de unas elecciones muy raras”, señala. Pero continúa. “Donald Trump es un personaje clásico americano, rico, pomposo, que lo único que hace es tener pasta e intentar conseguir las joyas de la corona”, dice. - Efe