Madrid - El artista Eduardo Chillida regresa a Madrid y lo hace en la Galería Cayón con la muestra en torno al espacio La curva cóncava, que en su mayoría está compuesta por obras procedentes de los fondos de la familia Chillida Belzunce. Organizada con la colaboración de Ignacio Chillida, quien ha realizado la selección de las piezas junto con Adolfo Cayón, la exposición surge a raíz de una conferencia que impartió Eduardo Chillida en 1993, en el Museo Reina Sofía, cuando el galerista era estudiante.
En la conferencia, el artista conversó con el poeta y dramaturgo Jacques Dupin sobre su común amigo Joan Miró y se habló de la importancia que tenía tanto para Chillida como para Miró la línea curva. El escultor donostiarra recordó entonces que, cuando trabajaba en una obra de homenaje a Miró tras su muerte en 1983, reparó en algo fundamental: mientras que en la obra de ese pintor lo que predomina de la forma curva es lo convexo, es decir, la parte exterior, en la suya lo predominante es lo cóncavo, esto es, el espacio interior, el que queda.
Partiendo de esta afirmación, la exposición pretende destacar a través de las piezas expuestas la importancia del espacio interior generado con la forma curva y hacer presente algo que a veces pasa desapercibido como es la naturaleza del espacio. Ignacio Chillida recordó que en aquella conferencia su padre afirmó que “en Miro puede la convexidad y en mí puede la concavidad”. Con más de veinte piezas procedentes del legado Chillida y otras cedidas por colecciones privadas, la mayoría de las obras no se han expuesto desde hace muchos años, “como es el caso de Tres I, presente en la X Trienal de Milán y expuesta por primera y última vez en España en 1954 en la Galería Clan”, en la que fue la primera muestra individual de Chillida en nuestro país, “y que nos han cedido para esta muestra”.
Otra de la piezas, Concreción, se expuso por primera vez en Francia en el año 56 y no había vuelto a mostrarse. En el recorrido por los nuevos espacios de la Galería Cayón en la calle Blanca de Navarra, se puede contemplar un estudio en bronce para la obra La casa de nuestro padre, que se encuentra en Guernica. “Esta pieza muestra las ideas que estuvo manejando para la enorme escultura de hormigón”, recordó Ignacio Chillida, que también quiso incluir en la exposición la pieza Forma, uno de los tres bronces que existen sobre esta obra figurativa que el artista modeló en yeso y que fue seleccionada para el Salón de París. “Realizada en 1948, es una de sus primeras esculturas junto con Torso y está inspirada en la escuela griega arcaica del Louvre. Todo comenzó ahí y se trata de obras fundamentales para entender su recorrido posterior”, en opinión del hijo del artista. Casi catorce años después de su muerte, que se cumplirán el próximo mes de agosto, Chillida sigue estando de actualidad como lo refleja la gran acogida que ha tenido la exposición con la que la ciudad polaca de Breslavia inició los actos de su año como Capital Europea de la Cultural, capitalidad de comparte con San Sebastián. - Efe