AUSTRALIA. "Aunque la carretera pese mucho, no pienso retirarme", aseguró el rockero español Rosendo Mercado al iniciar una gira en Australia para homenajear a su compatriota Rosendo Salvado, fundador en el siglo XIX de la única ciudad monástica en el país oceánico.

"Noto que la maquinaria se va gastando, pero el espíritu sigue estando allí, tengo muchas cosas que decir y sigo teniendo muchas ganas de seguir funcionando", manifestó a Efe el rockero de 62 años dispuesto a componer canciones y grabar en estudio "mientras tenga facultades para ello".

El cantautor y fundador de la pionera banda de rock Leño dará esta semana dos conciertos en Perth mañana, 29 de marzo, y en Camberra el 2 de abril, y participará en la grabación de un documental como parte del homenaje al monje benedictino Rosendo Salvado (1814 Tuy, Pontevedra-1900).

El poeta urbano ha salido poco de España, a excepción de giras a México y Reino Unido, por lo que las presentaciones planteadas por la Embajada de España en Australia y "por un motivo tan curioso" como es el homenaje a su tocayo religioso le parecen extraño, explicó.

Salvado, que en 1846 fundó la abadía de Nueva Norcia, a 132 kilómetros al norte de Perth, también fue uno de los pocos de su época que se vinculó estrechamente con los aborígenes, participando en expediciones por el país y comunicándose en sus lenguas, además de ser músico y compositor.

A pesar de las diferencias con el religioso, el rockero del madrileño barrio de Carabanchel destaca que los pocos personajes que comparten su nombre tienen tanto "ese carácter de hacer las cosas bien y a nuestro aire", como el ser coherente con sus principios, en su caso "ser buena gente" y "hacer rock and roll".

Su música se ha caracterizado por los sonidos distorsionados de la guitarra pero también por unas letras incisivas que "denuncian sin "criticar y hacer lo contrario de lo que dices, que es lo que le suele pasar a muchos".

"Creo que el hilo conductor de toda mi vida es el verte por dentro, intentar hacer las cosas mejor y criticar lo que no me gusta. Para mí, esa es la filosofía del rock and roll. Luego está el estereotipo de la droga y el disparate, quizá haya tenido mi momento también pero ya casi no me acuerdo", bromeó el artista madrileño.

Con más de 40 años de carrera y una calle con su nombre en Leganés, Rosendo ha impreso una "manera de vivir" a artistas y seguidores que lo han alzado como una institución del rock español, pese a no haber tenido el éxito comercial y la fama mundial que otros compatriotas.

Con humildad y hasta cierta incomodidad, Rosendo que asegura tener un carácter "apocado", cree que se le reconoce por su constancia en el trabajo y "seguir haciendo lo que me gusta hacer, sin apuntarme nunca a la moda ni a nada en plan comercial".

"Creo que eso ha creado un cierto peso en el personaje y me tienen cierto respeto, que por otro lado, creo que es lo más grande que me podía pasar", confesó el intérprete de "Vergüenza torera".

Rosendo admite haber tenido una juventud llevada por las ganas de incordiar y recuerda con un sabor agridulce sus inicios artísticos durante la transición democrática en España a finales de la década de 1970.

"Pensábamos que conseguíamos una serie de libertades y de historias que al cabo de los años hemos visto cómo nos las van quitando poco a poco y resulta que vamos caminando hacia atrás", remarcó.

"Por eso hay que seguir dando la brasa", subrayó el rockero, que espera tener a punto un nuevo disco el año próximo y volver de nuevo en la carretera "hasta que el cuerpo aguante".