Vitoria - No tenía la intención de convertir sus poemas en un libro mientras los escribía. Durante varios años, el gasteiztarra Adrián H. Cornelia fue sumando versos, expresiones de sus sentimientos, de sus reflexiones, de su reacción ante lo que la vida le iba proponiendo. Pero a finales del año pasado, el joven escritor y periodista pensó que podía afrontar el reto de publicar su primer poemario, un objetivo que hoy es una realidad palpable para el lector bajo el título Aguijones.
“Es una poesía directa y sin contemplaciones. Voy directo al grano, al sentimiento, y no me ando con rodeos como pueden hacer otros autores que, eso sí, me merecen todo el respeto del mundo”, apunta el autor de 23 años. “Siento esto en este instante preciso y así lo quiero reflejar”, más allá de que luego se pulan determinados detalles. Porque de lo que se trata es de atravesar la piel e inocular “un veneno” que no va penetrando poco a poco.
De la producción que ha ido realizando estos años, hay una parte, minoritaria eso sí, que se ha quedado fuera. “Lo vital está aquí” ya que “lo que he descartado ha sido porque no encajaba con la línea más seria del libro”. Así, la muerte, el desamor, la soledad, la preocupación por la naturaleza... son cuestiones que se van dando el relevo a lo largo de los 52 poemas que componen una propuesta literaria dividida en varias partes aunque su estructura ni responde a criterios cronológicos ni exige una lectura lineal, como apunta el propio escritor.
Él tiene claro que “la mejor forma de expresar cuando sientes algo que te retuerce es la poesía”, un camino que ejercita y cuya consecuencia es este Aguijones. “Es un desahogo, claro”, una forma de decir, eso sí, de una manera concreta: “al contrario de lo que pasa con muchos ejemplos de la poesía contemporánea, yo rescato la rima; mi poesía tiene que estar concebida con rima”.
Aunque no tardará mucho en concretarse, todavía no hay una fecha cerrada para la presentación del poemario en su ciudad natal, un trabajo “del que me siento orgulloso”, aunque el autor admite que cuando recibió los primeros ejemplares no sintió nada especial. “Sabía que iba a llegar la caja”, sonríe. “He disfrutado mucho, así que no siento una responsabilidad excesiva. Si a la gente le gusta, perfecto, pero si no, no pasa nada. Escribo para mí, es lo importante”, comenta. Es consciente, eso sí, de que su edad, los temas que trata y cómo lo hace le pueden acercar a un público joven.
Aunque dice ser un tanto pesimista por naturaleza, el hecho de decidirse por la autopublicación a través de Círculo Rojo apunta a la confianza que tiene sobre su obra. El libro se puede adquirir por 10 euros tanto a través de la web de la editorial como en el e-mail adrianh.cornelia@outlook.com. “Si la venta es en Vitoria lo entrego en mano y dedicado”, promete.
Así que ahora es el momento del otro, de quienes quieran asomarse a los sentimientos y reflexiones del autor gasteiztarra, quien prefiere no entrar en lo que pueda deparar el mañana. “Uno de mis defectos es no contar nada del futuro”.