Vitoria - Hace más o menos un año, la compañía Arké se mostró por primera vez en público. Se trataba de un punto de encuentro de creadores alaveses de distintas disciplinas artísticas convencidos de que aunando talentos, esfuerzos y compromisos se podían poner en marcha producciones escénicas a la altura de las exigencias del público. Su tarjeta de presentación fue la versión que del Caserío de Jesús Guridi presentaron en el Principal con buena acogida por parte del público, aunque Mikel Gómez de Segura, uno de sus impulsores y director escénico, reconoce que ese paso inicial tuvo también mucho de aprendizaje a aplicar de cara a futuro.
Con esa doble idea de seguir mejorando en determinados aspectos pero sin detener ni el ritmo ni la ambición, la agrupación vuelve a la carga este mes de marzo con su adaptación de la ópera de Mozart La flauta mágica. De nuevo será el escenario de la calle San Prudencio el punto de encuentro con el público a través de distintas sesiones. Así, en la jornada del 10 se producirán dos sesiones pedagógicas de unos 50 minutos cada una destinadas a la población escolar. El viernes 11 y el sábado 12 será el turno para los espectadores adultos a partir de las 20.30 horas, mientras que el domingo, a las 18.00 horas, se producirá una representación para el público infantil. En estos tres últimos casos, todavía hay entradas a la venta para quienes quieran adentrarse en esta propuesta que es del todo respetuosa con la parte musical (las interpretaciones en alemán se podrán seguir con subtítulos), aunque el actor Josean de Miguel ha vuelto a encargarse de actualizar su historia.
Bajo la batuta de Iker Sánchez Silva, que desde verano se encuentra residiendo en Alemania, y la dirección escénica de Gómez de Segura (Traspasos) tomarán parte unas 120 personas en esta producción que contará con la presencia de la Gasteizko Ganbara Orkestra, los coros Nurat Abesbatza y Lumturi Haur Abesbatza (bajo la responsabilidad de Nagore Alangua), el Conservatorio de Danza José Uruñuela y la intervención, como solistas, de Ana Gabriella Schwedhelm, Marc Sala, Elias Benito, Mikel Zabala, Iker Casares, June Telletxea, Haizea Muñoz, Oihane Viñaspre, Paula Iragorri, Ander Añibarro, Iosu Yeregui, Entzi Zubiri, Gotzon Etxeberria y Abenauara Graffigna, quien tiene claro que “ésta es una ópera en la que siempre te encuentras con algo nuevo, que tiene una importante dificultad técnica”.
La guinda a un año El estreno en marzo del montaje va a suponer para todos los implicados en el mismo llegar al momento más importante de los últimos doce meses, puesto que fue terminar con El Caserío 2.0 y este nuevo proyecto de La flauta mágica no tardó casi nada en ponerse sobre la mesa.
De hecho, aunque se barajaron otras posibilidades, se optó por esta ópera al amoldarse mejor a las condiciones del Principal (el foso supone una limitación en la parte orquestal) pero también al entender los promotores de Arké que es una obra muy conocida por algunas de sus partes pero poco vista por el público, en realidad. De ahí, este segundo paso “que nos debes servir para seguir creciendo, para confirmar un proyecto que esperemos siga teniendo futuro”, a juicio de Gómez de Segura. De momento, la compañía cuenta esta vez con la colaboración del Conservatorio de Música Jesús Guridi, el Ayuntamiento de Gasteiz y la Diputación alavesa.
De todas formas, ahora es el momento del público, de unos espectadores en los que los impulsores del proyecto confían para que les den su apoyo con su presencia para seguir mirando hacia adelante.