berlín - El director bosnio Danis Tanovic trasladó ayer la Berlinale al hervidero de los Balcanes con Smrt u Sarajevu. Mort à Sarajevo, un filme que parte del atentado de 1914 para retratar los abismos persistentes en esta parte de Europa que aspira a ingresar en la UE. El microcosmos del Hotel Europa, un establecimiento que vivió su esplendor en las Olimpiadas de 1984, es el lugar elegido por Tanovic para un filme que impactó en el festival y eclipsó a su gran rival del día, Alone in Berlin, interpretado por Emma Thompson.
“El proyecto nació a propósito del centenario del atentado de Sarajevo. La idea inicial era adaptar una pieza teatral. Pronto vimos que necesitábamos más espacio”, explicó Tanovic, quien reservó ese reducto teatral inicial -una habitación- a un gran actor, Jacques Weber, ensayando un discurso para el centenario.
Desde el primer plano al último es una joya, fílmica y de contenido, y con ella Tanovic regresó a la competición de un festival en el que en 2013 ganó el Premio Especial del Jurado y un Oso de Plata para el actor Nazif Mujic con An Episode in the Life of an Iron Picker (”La mujer del chatarrero”).
La película fue aclamada en el pase de prensa, en una jornada en que se esperaba también a competición Alone in Berlín dirigida por el suizo Vincent Perez y con Emma Thompson de regreso a ese festival, tras años de ausencia en la Berlinale.
Basada en una novela del escritor suizo Hans Fallada Jeder stirbt für sich allein, Thompson y su “esposo”, Brendan Gleeson, se ponen en la piel del matrimonio nazi que pasa a idear su propia resistencia al caer en combate su único hijo. “Es un matrimonio que de pronto despierta del silencio de años y se reencuentra en medio del dolor”, resumió Thompson. Su respuesta es depositar las postales anónimas que escribe meticulosamente el marido en distintos puntos de la capital del Tercer Reich, alertando de la monstruosidad del nazismo. Hasta 285 llegarán a escribir antes de caer detenidos, rehabilitados como un matrimonio que superó el silencio de años y preparados para “morir en paz”, explicó Thompson. Al reto de adaptar al cine una novela como la de Fallada se une que el filme nace con el pecado original de haber rodado en inglés una historia muy alemana, en el Berlín de Adolf Hitler. La tercera película a competición de la jornada, Chang Jiang Tu, del director chino Yang Chao, actuó de bálsamo, uno de esos exponentes de película de prodigiosa fotografía que sigue el discurrir de una barcaza por el Yangtsé permanentemente en brumas. Mucha poética visual y diálogos escuetos, en uno de esos filmes asiáticos donde el espectador acaba dejándose mecer y olvidándose del argumento. - Efe