la cantante Lady Gaga se encargó el domingo de dar inicio a la Super Bowl número 50 cantando el himno nacional en el Levi’s Stadium, en Santa Clara (California). Los Panthers de Carolina y los Broncos de Denver disputaron el título de campeones de la NFL en la edición número 50 del Super Bowl, conducidos por los quarterbacks Cam Newton y Pyeton Manning. La artista neoyorquina lució un traje de chaqueta en color rojo escarlata, el mismo con el que maquilló sus párpados, y las uñas pintadas de azul, y la actriz Marlee Matlin siguió la letra del himno en el lenguaje para sordos. Con esta actuación, Lady Gaga completa el éxito que ha tenido estos meses, en el que se incluye su triunfo en los Globos de Oro el mes pasado por su participación en American Horror Story: Hotel y su nominación a un Premio de la Academia en el apartado de mejor canción original por Til It Happens to You, de The Hunting Ground (película que habla sobre los abusos sexuales en algunas universidades estadounidenses). Ni Christina Aguilera ni Aaron Neville lograron su objetivo, pero la cantante neoyorquina demostró su gran talento cantando el muchas veces problemático himno estadounidense, Star Spangled Banner. Al revés que algunos de sus predecesores, ella no trató de alargar las estrofas más de lo necesario. Según los expertos, lo hizo tan bien que hizo recordar a la fallecida Whitney Houston.
Superada con éxito esta prueba, los no fanáticos del deporte aguardaban con ansiedad el descanso de la final de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL), en la que la cantante Beyoncé fue la estrella indiscutible. Presentó su nueva canción y actuó junto a Bruno Mars y el grupo Coldplay. Beyoncé se apoderó de antemano del show el sábado con la difusión de su nuevo sencillo, Formation, acompañado de un vídeo, a través de su página web y su cuenta de Instagram oficiales. Chris Martin y su banda, Coldplay, fueron los encargados de abrir el espectáculo en el Estadio Levi’s, en pleno Silicon Valley. El grupo repasó algunos de sus éxitos, como Viva la Vida, Yellow y Paradise, y de inmediato apareció el cantante Bruno Mars para, de negro hasta los pies, interpretar y bailar su más reciente éxito, Uptown Funk!
Y entonces apareció Beyoncé, vestida de cuero negro, con el pelo suelto, para cantar Formation y liderar el baile de un ejército de mujeres sobre el césped del estadio. La diva estuvo a punto de caerse en un momento de la actuación y a continuación se unió a Bruno Mars para cantar a dúo Uptown Funk! Después volvió Coldplay, mientras un montaje de vídeo repasaba actuaciones pasadas del descanso de la Super Bowl, entre ellas las de Bruce Springsteen o Michael Jackson. Para cerrar, Beyoncé y Mars también volvieron al escenario. A ellos se unieron Gustavo Dudamel, director de la orquesta Filarmónica de Los Ángeles, y la orquesta juvenil de la ciudad (YOLA). El espectáculo se cerró con fuegos artificiales, un mosaico multicolor en las gradas y las palabras Believe in Love.
Las marcas de vehículos de origen asiático (japonesas y surcoreanas) dominaron el tiempo dedicado a los anuncios entre las firmas del sector del automóvil. Acura, Audi, Buick, Honda, Hyundai, Jeep, Kia, Mini y Toyota se apuntaron a la cita. La Super Bowl tiene más de 110 millones de espectadores en los más de 170 países en lo que se retransmite. Con precios de hasta 5 millones de dólares por 30 segundos de publicidad, los anuncios de la cerveza Budweiser, con la actriz Helen Mirren; y del fabricante Kia con el actor Christopher Walken, estuvieron entre los más comentados de la noche. También el del cachorro-mono-bebé” (puppymonkeybaby) de la compañía de bebidas Mountain Dew.
Como es tradición, el presidente de EEUU, Barack Obama, concedió una entrevista previa al partido a la cadena encargada de la retransmisión, en esta ocasión CBS. A la entrevista se unió esta vez la primera dama, Michelle Obama, quien contó que se reúnen como cualquier otra familia para ver la Super Bowl y que, para esta ocasión, en el menú iba a haber dos tipos de ensalada, aunque también pizza y nachos. Además, la Casa Blanca divulgó en Twitter antes del encuentro una fotografía de los dos perros de la familia presidencial, Bo y Sunny, preparados para disfrutar del acontecimiento deportivo del año en Estados Unidos.