Vitoria - En el marco de la programación navideña de la Red de Teatros, la Banda Municipal de Música de Gasteiz, que el próximo año celebrará los cien años de su refundación, se encontrará mañana con el público para presentar “un reto” que se lleva trabajando desde 2014, Carmina Burana. No en vano, la agrupación ha implicado en el proyecto a los coros Samaniego, Nurat, Claustrum Armonicum y Lumturi, así como a los solistas Oihane Viñaspre, Xabier Anduaga y José Manuel Díaz. En total, 175 interpretes alaveses, “algo que sí es hacer cultura” reivindicó ayer el director adjunto de la Banda, Iker Olazabal. “Lo que se trae de fuera puede estar bien pero es algo que tiene más que ver con el ocio”.
La cita se producirá a partir de las 20.00 horas en el Principal, aunque las entradas volaron en muy poco tiempo tras ponerse a la venta así que quien no tenga su pase en la mano ya puede ir despidiéndose, aunque tanto Nagore Alangua como Ángel Alday -responsables de la parte coral junto a Xabier Sarasua- reclamaron más oportunidades para encontrarse con los espectadores. Ambos asumieron que para formaciones que no son profesionales es, al mismo tiempo, “un lujo” y una responsabilidad afrontar un repertorio como éste. De hecho, los últimos meses, los coros han estado trabajando de manera intensa en un concierto que, en estas fechas más recientes, han estado completando con los integrantes de la Banda y los solitas participantes, voces entre las que se encuentra la de una Oihane Viñaspre que ha dejado su actual residencia en Ginebra para regresar a casa, aunque sea de manera puntual, para afrontar esta apuesta. “Volver son muchos recuerdos, es algo conmovedor, pero también ilusionante porque a lo largo de la obra tengo intervenciones cortas pero muy difíciles”, explicó la soprano, que actuará por primera vez en el Principal.
Con este concierto, a la espera de que se pueda concretar ese deseo de los implicados de encontrar más fechas también en otros puntos del País Vasco, se culmina un trayecto iniciado hace algo más de un año, un proyecto que ha supuesto “mucho trabajo” en diferentes sentidos. “Con una buena planificación se puede hacer y nosotros somos la prueba”, comentó Olazabal, que describió que Carmina Burana es una obra “del máximo nivel en todos los aspectos. Y es un gran reto, máxime teniendo en cuenta que se hace sólo con gente de aquí”. Aún así, a falta de la última prueba, el director adjunto de la Banda confió en que el público va a salir satisfecho con la calidad que se verá y escuchará sobre las tablas de la calle San Prudencio a lo largo de la actuación.
Por todo ello, Olazabal consideró que se está ante “algo histórico, todo ello made in Alava”, un aspecto que también sus compañeros de travesía presentes ayer ante los medios de comunicación quisieron subrayar. Ahora sólo queda que tras la representación de mañana puedan darse más conciertos ya que “para coralistas que llevan cuatro meses preparando de manera muy dura la actuación, pensar en un sólo día es un poco frustrante”, según Alangua.