segovia - Desde que en 1981 Carlos Saura descubrió el cine musical con Bodas de Sangre no ha parado de indagar en el género. Ahora, el director de La caza o Cría cuervos está rodando en Segovia La Jota, un homenaje a la música, el cante y el baile su tierra, que defiende como “un arte mayor” y “vivo”.
A sus 83 años, Saura (Huesca, 1932) lleva más de medio siglo dedicado al cine y ha rodado más de 40 películas. Otros habrían perdido la curiosidad o las ganas hace tiempo, pero él no. “No sé cual es el secreto. Me gusta mucho el cine, la fotografía, escribir, dibujar. Soy una persona activa y me gustan demasiadas cosas, no me supone ningún esfuerzo. Desgraciadamente no puedo hacer todo lo que me gustaría”, asegura en un descanso del rodaje. Llevan tres semanas grabando en los estudios de Los Ángeles de San Rafael, en Segovia, a un ritmo de 11 horas diarias. Durante la visita, los invitados al plató son Sara Baras y Miguel Ángel Bernal, que bailan un número de fusión entre la copla flamenca, las alegrías de Cádiz y la jota aragonesa. “La palabra fusión no me gusta, yo diría colaboración, pero es que la jota tiene muchos elementos del flamenco también, más de lo que la gente piensa y al revés. No es tan complicado pasar de una cosa a otra”, señala. En La Jota, Saura recurre a la escenografía y estructura de sus últimos musicales, una sucesión de números rodados frente a dos pantallas de aluminio plastificadas que se iluminan por ambos lados. Del mismo modo que Zonda, su anterior filme sobre la música argentina -que se estrena el 18 de diciembre- incluyó homenajes a ausentes como Mercedes Sosa o Atahualpa Yupanqui, esta vez habrá recuerdos para Imperio Argentina, José Antonio Labordeta o Paco Rabal, que bailaba una jota en su película Goya en Burdeos. Otros invitados que han desfilado o desfilarán por el escenario serán Ara Malikian, Carlos Núñez, Juan Manuel Cañizares, Giovanni Solima o Enrique Sonilis. “Hay que avanzar, actualizar la jota y que se vea de otra manera, como una cosa viva y activa”, explica el cineasta, que no abandona en ningún momento la sonrisa y la amabilidad. - Magdalena Tsanis