La escritora Toti Martínez de Lezea abandona en su última obra, "Y todos callaron", sus habituales contextos históricos más lejanos y se adentra en un relato sobre el "miedo" que se adueñó de la vida cotidiana durante la Guerra Civil y la posguerra con Vitoria como escenario.
San Sebastián. Editado por Erein, la trama de "Y todos callaron" arranca en la capital alavesa en 2008, cuando se procede a la apertura del testamento de Amelia Zabaleta que desvela un secreto celosamente guardado durante años: la existencia de un hijo que un detective de poca monta trata de escudriñar.
Martínez de Lezea ha reconocido hoy en la presentación del libro que "le ha costado" escribir "mucho más" que "Enda", su anterior novela de casi 1.000 páginas en las que la autora vitoriana se sumergió en la mitología imperante en el País Vasco en el siglo VI.
"Quería hablar del miedo, que puede llegar a transformarse en una enfermedad mental", ha confesado la escritora, que dedica "Y todos callaron" a su madre, porque fue una conversación con ella lo que la inspiró para abordar una historia de posguerra, una época que no frecuenta.
Entre personajes, algunos basados en seres reales y otros absolutamente ficticios, "Y todos callaron" cuenta la visión de la autora sobre esos años de posguerra, "alejada de bandos" porque todos "fueron perdedores de alguna manera", ha señalado.
Martínez de Lezea asegura que se ha documentado para elaborar la novela, contada de forma ininterrumpida en un solo capítulo, aunque ha reconocido que su afán no es el de un historiador sino el de relatar el ambiente "del miedo" desde su visión personal.
La novela ha constituido "todo un reto", ha reconocido Martínez de Lezea, que ha asegurado que no volverá a ambientarse en los años 40 durante "mucho tiempo" ya que el tema le resulta "muy duro" porque "conoció esa sociedad" y le "disgusta".
Reconoce que ha disfrutado de la escritura "porque una vez que un autor se adentra en un tema" se entusiasma, pero prefiere "hablar de dragones", ha matizado.
En todo caso, asegura que sus novelas son históricas porque se desarrollan en escenarios de otras épocas, pero lo fundamental son "las historias de la gente" que, ha asegurado, se encuentran en cualquier anécdota.
Entre las que bullen en estos momentos para próximos libros, la prolífica autora menciona una sobre el mandato de la papisa Juana, que dirigió la iglesia durante 40 años en el siglo IX, o relatos sobre peregrinos del siglo XII.