Bilbao- Cuatro jóvenes, sin aparente relación entre ellos, parecen haber sido inducidos al suicido por Richard Hammond, un reputado terapeuta. Este es el punto de partida de la nueva novela negra del estadounidense John Verdon (Nueva York, 1942), Controlaré tus sueños, en la que trata los límites de la hipnosis y deja aflorar otros asuntos como la homofobia o la obsesión por la seguridad nacional del país. Con millones de ejemplares vendidos a sus espaldas, Verdon vuelve a poner contra las cuerdas al detective David Gurney, en un caso que escapa absolutamente a toda lógica.
Hay quien plantea su regreso a los orígenes de la saga, planteando un hecho que, a simple vista, parece imposible. ¿Está de acuerdo?
-Estoy totalmente de acuerdo. Creo que una de las cosas con las que disfrutan los lectores es la idea de que David Gurney tenga que tratar con algo que es imposible de manejar. Además, ampliando la mirada al género de suspense, la esencia de un libro de misterio es poner al lector frente a un misterio irresoluble y que el protagonista se enfrente a él.
Junto al caso que se le plantea, Gurney se enfrenta en esta quinta entrega a los dolorosos miedos y recuerdos de su mujer.
-Sí, es algo que quería hacer porque en muchas novelas de detectives el protagonista no parece afectado por lo que le rodea. Yo quería poner un contexto real, y el hecho de que ella se derrumbe en un momento dado de la historia hace que él se sienta aterrorizado. Es algo que no había ocurrido nunca y que le hace darse cuenta de cuánto depende de ella.
Madeleine siempre había sido el personaje fuerte del tándem. ¿A qué se debe este giro?
-En los anteriores libros se perciben más las debilidades de Gurney y Madeleine era la parte fuerte. Por eso, era el momento de presentarla en una dimensión más amplia; en la vida todos tenemos problemas que se quedan con nosotros. He utilizado la trama para sacar lo que llevaba dentro.
El punto de partida del libro encierra en su esencia una reflexión sobre los límites de la hipnosis.
-Es que después del temor a la muerte, el mayor miedo del ser humano es perder el control sobre sí mismo y sentirse a merced de otra persona.... La hipnoterapia me parecía la forma de expresar este sentimiento primitivo del ser humano, por eso la elegí.
Otras cuestiones que afloran con fuerza son la homofobia y el espionaje, junto a la seguridad nacional. ¿A qué se debe dicha elección?
-Desde el punto de vista literario, eran temas que funcionan bien en una novela de misterio. Por otra parte, son cuestiones capaces de generar reacciones emocionalmente muy fuertes, muy hostiles y nocivas. De hecho, la gente obsesionada con ellos puede convertirse en un todo un peligro.
Sus novelas triunfan en todo el Estado, uno de los lugares donde más lectores acumula. ¿Sabe ya cuál es el secreto?
-Es todo un misterio. El primer libro ha sido traducido a treinta lenguas y una de ellas era el vietnamita. Nunca llegaría a pensar que a los lectores de Vietnam le interesaran mis libros, y ese es otro misterio, pero un misterio al que estoy muy agradecido.
Al comienzo de la saga anunció que se retiraría al publicar su tercera novela. ¿El éxito ha hecho que se replantee su decisión?
-No, porque cuando escribí mi primera novela no creía que fuera a publicarse. En el primer boceto, de hecho, Gurney iba a suicidarse, y cuando la editora me habló de la posibilidad de un segundo libro me pidió que no lo matara (risas). Con el segundo tenía la idea de que terminaría después del tercero, pero vino la idea para el cuarto, luego la del quinto...
¿Eso quiere decir que veremos de nuevo a David Gurney en acción?
-Sin duda, hay un sexto libro en camino. Después no sé qué ocurrirá.
Se ha convertido en un autor que acumula millones de ejemplares vendidos. ¿Siente con cada nueva novela la presión de que sus lectores no encuentren lo que desean?
-Diría que todavía no la he sentido porque no empiezo un libro si no estoy seguro de que la idea es realmente buena. No escribiría una novela por el mero hecho de escribirla.
En esta entrega, un personaje proporciona la clave que podría explicar que Gurney ponga en peligro su vida una y otra vez. “Quiere comprender”, le dice. ¿El interés por comprender lo que le rodea es la razón de todo?
-Tiene que ver con dos cuestiones: la primera es que su principal capacidad es que el protagonista posee una pasión por averiguar cómo funcionan las cosas y, a veces, se pone a si mismo en peligro. No obstante, también arrastra un sentimiento de culpa que se debe a una tragedia que tiene que ver con su hijo y, en cierta manera, decide dejarse llevar por el destino.