barcelona - Reconoce el guionista Diego San José que siempre ha dicho que segundas partes nunca fueron buenas. Y, sin embargo, es uno de los artífices de Ocho apellidos catalanes, secuela de Ocho apellidos vascos, que se estrena el día 20 y que, a pesar de la realidad política, “no dialoga con la actualidad”.
San José, que participa en un encuentro de guionistas españoles en Barcelona, explica que tanto él como Borja Cobeaga, el otro guionista, han intentado escribir su nuevo filme como si fuera “una primera parte”, sin “estirar chistes de la primera”. A pesar de ello, cree que sigue manteniendo el tono “festivo” y es “más inofensiva que una columna de opinión”. Dirigida también por Emilio Martínez-Lázaro, la película, que fue rodada en la provincia de Girona, cuenta con el mismo elenco que la anterior, formado por Dani Rovira, Clara Lago, Karra Elejalde y Carmen Machi, y ahora se le suman los catalanes Rosa Maria Sardà y Berto Romero. La acción transcurre en un pueblo catalán al que se ha trasladado Amaia (Clara Lago), después de tener problemas en su relación con Rafa (Dani Rovira), que ha vuelto a Sevilla, donde Koldo (Karra Elejalde) -el padre de la chica-, lo irá a buscar para impedir que se case con Pau (Berto Romero).
San José defiende que las dos películas “no tienen ningún tipo de mensaje político”, están escritas “ajenas a cualquier tipo de opinión” y “son muy blanquitas, porque creo que ninguna de las dos son un buen vehículo para hablar en serio de política”. “Son comedias que van dirigidas a gente a la que no le apetece pasar hora y media con lo mismo que ve en el informativo, por lo que no tienen un calado importante en lo ideológico”, subraya.
Lo que sí cree, a pesar de ello, es que ambas retratan Euskal Herria y Cataluña, pero “en cosas con mucho menos poso y trascendencia, porque ni Borja ni yo podíamos cargar con la responsabilidad de hacer una comedia sobre algo tan importante como el momento actual”. Además, en cualquier momento puede ocurrir una noticia “que lo cambie todo y el año que viene la película sonaría muy vieja, por lo que es totalmente atemporal”. - Efe