Vitoria - Hace cuatro meses y dos días que tomó posesión de su cargo en un departamento que ha sufrido de manera especial las consecuencias de la crisis económica.

Su carrera en la abogacía o la política poco tiene que ver con el departamento que ahora gestiona. ¿Un problema solucionable?

-Bueno, del 94 al 99, en la quinta legislatura del Parlamento Vasco, fui parlamentaria y presidenta de la Comisión de Educación y Cultura, y desde aquel momento tengo bastante inquietud sobre estos temas. Otra cosa es que, efectivamente, desde un punto de vista profesional no provengo, del sector cultural, pero bueno, no es un ámbito que me resulte desconocido en ese sentido.

Cuando termine esta legislatura, ¿qué le gustaría haber aportado, en qué se tiene que notar su paso?

-Me gustaría dejar el sello de una persona que ha tratado de hablar con todos aquellos que se mueven en los sectores de la cultura, el euskera, la juventud y el deporte, que ha tratado de escuchar y que ha trabajado por recoger sus iniciativas, sus propuestas para poderlas plasmar, de alguna manera, en el día a día de la política de esta legislatura.

Llega época de presupuestos, los primeros del nuevo gobierno tras una legislatura como la pasada en la que el área de Euskera, Cultura y Deporte se ha quedado en mínimos, en la que muchos han tenido la sensación de que peor era complicado hacerlo.

-No voy a decir si se podía hacer mejor o peor. Comprendo que las circunstancias han sido muy difíciles y que dentro de ellas se hizo lo posible. Lo que sí hemos echado en falta es algo de iniciativa, aunque fuera pequeña, para ilusionar a la gente de alguna manera. Ha sido una legislatura más de inercias que de propuestas. A veces no todo es cuestión de dinero. Buscar sinergias, apoyos, termina por hacer que alguna que otra idea pueda salir, pero eso ni siquiera se ha intentado.

Ahora toca mirar a 2016 y qué hay que hacer para plantarse delante del diputado general y decirle que el departamento no puede seguir siendo el último de la fila.

-Pero es que no soy la última de la fila. En estos próximos presupuestos, el departamento de Euskera, Cultura y Deporte no va a ser el último de la fila. De hecho, vamos a crecer un poco.

Hablando de dinero, si se quiere hacer una nueva sede para el Museo de Ciencias Naturales será necesario, ¿no?

-Primero hay que definir qué museo queremos y para eso hemos creado un grupo de trabajo con el Ayuntamiento y los técnicos forales, sin olvidar que vamos a sumar también al Gobierno Vasco. Entre todos queremos definir qué museo queremos. ¿Por qué? Porque los fondos que tenemos son únicos y exclusivos en el ámbito de Euskadi. A partir de ahí, merecemos un esfuerzo interinstitucional para poder definir ese proyecto. Eso es lo primero, luego ya veremos dónde hay que ubicarlo o qué hacer.

Ya que estamos con los museos, ¿podrán en 2016 volver a comprar para alimentar sus fondos?

-Aquí quiero romper una lanza a favor de los directores y responsables de los diferentes museos porque en estos momentos de dificultades económicas han sabido, a través de políticas de préstamos y donaciones, dar a conocer obras y colecciones importantes...

Vamos, que no.

-En los próximos presupuestos no va a haber partida todavía para la política de adquisiciones pero creo que es algo que, de manera progresiva, recuperaremos.

Lo de Artes y Oficios, cuyo patronato es ahora presidido por la Diputación, es también un caramelo envenenado que le han dejado esperando.

-Pero es un proyecto muy ilusionante. Hay un grupo de trabajo que va a abordar varias líneas dadas las necesidades que tiene el centro, un grupo de trabajo en el que el Servicio de Arquitectura de la Diputación está participando para conocer cuáles son las necesidades básicas y de equipamiento del edificio; tenemos que analizar también, con una persona que va a participar desde el Ayuntamiento de Gasteiz, cuál es la oferta educativa y cómo hacerla complementaria con la de los centros cívicos; también vamos a buscar un plan de sostenibilidad económica; y estamos analizando toda la línea jurídica, lo referido a los estatutos de la fundación, si hay que modificarlos o no. Quiero decir con todo ello que hay un compromiso importante por parte de este departamento para apostar por la Escuela de Artes y Oficios. De hecho, veremos cómo queda el presupuesto, pero por parte de la Diputación se va a dar un incremento de la aportación.

Habla, en varias cuestiones, de la colaboración con otras instituciones, que es algo que también han requerido o deseado las personas que le han precedido en el cargo, pero eso no siempre se ha dado, sobre todo con respecto al Gobierno Vasco. ¿Qué debe hacerme pensar que esta vez es distinto?

-Mira, por ejemplo me reúno todos los meses con Iñaki Prusilla [concejal de Euskera, Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Vitoria], cada uno tiene su orden del día y vamos viendo aquellas cuestiones que vamos avanzando. Quiero decir, que hay voluntad real de coordinarnos porque, además, necesitamos de esa coordinación. Ellos van a abordar un Plan de Cultura para Vitoria, nosotros también para Araba y la coordinación es necesaria. De verdad, danos tiempo que verás cómo se cumple.

En su primera comparecencia en Juntas habló de ese Plan Estratégico para el territorio, de la necesidad de dar estabilidad a los técnicos de las cuadrillas dedicados a cultura, de la creación de una red de espacios de creación. ¿Es la gran empresa de esta legislatura? ¿Qué plazos se ha marcado?

-Todo va a ir dentro del diseño del próximo Plan Estratégico de la Cultura para Álava. Primero, tenemos que saber qué es, en este momento, el hecho cultural en Álava, en qué consiste, qué tenemos. Entonces, vamos a ir municipio a municipio, y vamos a preguntarles qué colectivos, qué agentes, qué asociaciones tienen..., al mismo tiempo de qué infraestructuras disponen si es que las tienen... y con toda esa información vamos a reflexionar sobre qué tipo de cultura queremos, qué proyecto queremos para el territorio para, a partir de ahí, definir eso en el Plan, una estrategia que sirva como orientación y referencia para ir desarrollando políticas públicas.

¿Qué tiempos está manejando?

-Esa primera fase de diagnóstico a nivel municipal lo tenemos que terminar el primer semestre del año que viene. Y a partir de ahí, iniciar la reflexión sobre qué queremos. Habrá que planificar diferentes mesas, ya veremos si por sectores o con un carácter más transversal. Luego, habrá que plasmar esas definiciones en el Plan con acciones y líneas de actuación que sirvan de orientación.

¿El apoyo a la red de técnicos en las cuadrillas tiene que ir en paralelo, ser anterior...?

-Tenemos que tirar de la mano de los técnicos de cultura de las cuadrillas y de los que están en algunos ayuntamientos porque son los ejes sobre los que nosotros, como Diputación, tenemos que pivotar para poder desarrollar el Plan. Por lo tanto, tienen que participar desde el primer minuto en las reflexiones de lo que vayamos a hacer.

En cuanto a la red de centros de creación y exposición, ha habido intentos anteriores en este sentido que, por unas razones o por otras, no han salido.

-Nosotros tenemos la intención de que toda la programación que se nos plantee necesariamente tendrá que ir al territorio. Esa va a ser una de las obsesiones de este departamento porque creemos que la igualdad de oportunidades debe ser trasversal a todos los proyectos. Y es muy necesario el equilibrio territorial. Tenemos que procurar que la cultura llegue a todos en unas condiciones de calidad.

Hay otras áreas en su departamento que más allá de la cultural han sufrido también años de recortes brutales en algunos casos. En el caso del euskera, ¿qué se puede hacer teniendo en cuenta que hay un plan estratégico que se está realizando?

-Estamos en el ecuador del desarrollo del plan y ahora queremos hacer una evaluación de cómo se están llevando a cabo todas las líneas que marca. En todo caso, nuestra apuesta para esta legislatura es promocionar el uso del euskera. Evidentemente, teniendo como tenemos una juventud que conoce el idioma pero que no lo usa, hay que promocionarlo en aquellos espacios en los que se mueva.

El Instituto Foral de Juventud ha quedado también tocado.

-Sí, pero ha trabajado bien. A nivel de Diputación, tenemos claro que las cuestiones relacionadas con Juventud son transversales. Es una realidad que la juventud lo está pasando mal y tenemos que facilitarles en la medida de lo posible, orientarles hacia aquellas áreas que consideramos que puedan tener una mejor salida profesional o formativa para ellos y ellas.

Donde los ajustes también han hecho estragos es en el área de Deporte.

-En estos presupuestos se verá cómo vamos a mejorar la dotación económica para el deporte escolar, ya verás. Para nosotros es clave, fundamental el deporte escolar. Vamos a comenzar una reflexión sobre esta cuestión con los diferentes clubs y federaciones para ver cómo ordenamos el sector.

Justo se acaban de cumplir cuatro meses de su toma de posesión.

-Ha sido intenso, enriquecedor, apasionante y con mucha ilusión. Creo que el diputado general ha conformado un equipo con muchas ganas y eso se contagia. Me gusta trabajar en equipo.

¿Preparada para los golpes?

-Sé encajar (risas). He estado en política 14 años y sé lo que es. No me cuesta asumir los errores. Sí que es cierto que me cuesta más ponerme medallas.

Por cierto, ¿en casa le han visto en este tiempo o...?

-Algo menos. Lo llevo un poco mal. La verdad es que la vida personal ha cambiado y algunas veces fastidia un poco.