El PNV ha presentado un borrador para poner en marcha un Plan Director, o estratégico, en materia de cultura en nuestra ciudad. ¿De qué están hablando? Un Plan Director, en definitiva, es un documento que tiene como principal objetivo analizar cuál es la situación de la ciudad en un ámbito concreto y que, partiendo de ese diagnóstico, identifica las necesidades de ésta para, finalmente, darles respuesta. Son legión las ciudades españolas que han elaborado -o lo han intentado- sus planes directores en los últimos tiempos: Barcelona, Burgos, Pamplona, Zaragoza, Santander? Todos parten de la premisa de que el desarrollo de un territorio no sólo estriba en su crecimiento económico sino que también se sostiene en un desarrollo cultural eficiente. En línea con lo que organismos internacionales como la Unesco han declarado en múltiples ocasiones: que la cultura es uno de los pilares del desarrollo de cualquier comunidad. Así que la puesta en marcha de un plan director es un desafío que hay que intentar afrontar con éxito en nuestra ciudad pues es fundamental rescatar a la cultura local del agujero en el que se haya principalmente como resultado de la improvisación y del desgobierno cultural.
Un buen Plan tiene que ser consensuado por todos los grupos políticos para que sobreviva en el tiempo. Luego su borrador tiene que recoger las sensibilidades de una mayoría de los grupos políticos que conforman nuestra gobernanza y también de los propios sectores culturales de nuestra comunidad.
La hoja de ruta de este borrador del PNV (que data de 2012) sigue la estela de otros muchos planes implementados en otros territorios con desigual éxito. En ese sentido hay que ser más innovadores y, también, ambiciosos, poniendo en marcha un Plan que pueda ser modelo para otras comunidades. Recordemos que la innovación es una de las principales razones para desarrollar un proceso de planificación estratégica. Por ejemplo: “desarrollar una política cultural de nuevo cuño”, se argumenta en el caso pionero en España del Mapa Cultural de Sabadell realizado entre 1991 y 1995.
La innovación puede darse contando con la participación de un nuevo instrumento ciudadano: la Mesa de Cultura creada hace unos meses que recoge ya a más de 250 agentes de nuestro territorio. También así cumpliríamos con otro elemento fundamental que tiene que contener un buen Plan: la corresponsabilidad ciudadana. Y también el liderazgo compartido. Pues la supervivencia de cualquier Plan se basa en que éste sea liderado, obviamente, por el estamento político, pero si, además, el liderazgo se comparte con la ciudadanía, el éxito de su permanencia en el tiempo está asegurado.
En definitiva: estas tres características fundamentales (innovación, corresponsabilidad y liderazgo) estarían presentes en el futuro Plan si se contara con la participación ciudadana en todo el proceso de la Mesa Sectorial de la Cultura en Álava para la Creación Contemporánea.