La escritora y académica mallorquina Carme Riera ha obtenido el Premio Nacional de las Letras 2015 por “la altísima calidad de su obra en catalán y en castellano, en la que se combina la creación literaria con la investigación y la divulgación”. Carme Riera, nacida en 1948, se convierte así en la cuarta mujer que en sus 32 ediciones recibe este premio, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes y está dotado con 40.000 euros, tras Rosa Chacel (1987), Carmen Martín Gaite (1994) y Ana María Matute (2007).

El jurado del premio, considerado el más importante que se concede en España tras el Premio Cervantes y que distingue el conjunto de la labor literaria de un autor español, ha valorado de la escritora su obra “polifacética de repercusión universal”.

“Siento una inmensa alegría y estoy muy agradecida al jurado. Para mí es un gran estímulo para seguir trabajando”, ha señalado a Efe la escritora, tras conocer el fallo del jurado. La escritora y académica, que también es presidenta del Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro), comentó, con humildad, que, viendo la gran nómina de premiados, el galardón también es “una gran responsabilidad”. “Es una nómina buenísima y da miedo -dice-. Lo acepto con mucho gusto y me alegro de que haya más mujeres en el premio. Hay que celebrar que cada vez haya más mujeres en los premios, porque hay muchas buenas trabajando y desde luego tan buenas o malas como los hombres”, ha subrayado la autora de Sobre un lugar parecido a la felicidad.

Polifacética y prolífica, Carme Riera es doctora en Filología Hispánica, catedrática de Literatura española en la Universidad Autónoma de Barcelona, especialista en el Siglo de Oro, académica de la Lengua, donde ocupa el sillón “n”, y escritora en catalán y castellano.

Múltiples actividades que dice le hacen olvidar la vejez. “Todo lo que hago es para no envejecer -asegura con humor-, porque, si no, me miro en el espejo y me deprimo”, añade. La propia Riera recuerda que, cuando se dirige a sus alumnos, les dice: “Os habla un cadáver futuro, pero a vosotros os pasará lo mismo”. El premio reconoce, a decir de la premiada, su trabajo “tanto en la literatura, en la enseñanza como en el ensayo”.

No piensa Riera que la literatura catalana esté mal representada en este premio: “Soy el octavo autor (en cantalán) desde 1984, en 31 años: no es una proporción mala”; en cambio, “sí hay pocas mujeres en esta lista, sólo cuatro”, después de que lo recibieran Rosa Chacel, Carmen Martín Gaite y Ana María Matute.

“Las mujeres no hemos conseguido una situación de normalidad, algo que no solo pasa en los premios, sino también en la universidad -sólo el 14 % de los catedráticos son mujeres, en las multinacionales y en la propia Real Academia”, ha dicho.

Carme Riera cree que se debería “separar a los políticos de las personas” y en un tono más grave ha calificado la situación actual que se vive en Cataluña de “complicada y ridícula”.

Considera que la literatura gallega, vasca y catalana debería ser más conocida en todo el país, pero no cree que por escribir en catalán sus autores sean rechazados automáticamente. En el mismo acto, su editora actual y antigua alumna suya, Pilar Bertrán, ha tenido palabras para dos de sus editores que ya no están y que se alegrarían de este premio, Isidor Cònsul y Josep Maria Castellet, a los que Riera ha añadido una tercera persona, su agente Carmen Balcells. “Me dijo que, cuando se muriera, no me preocupara, que ella haría milagros, y de hecho lo ha conseguido: primero, con el Planeta a Alicia Giménez Bartlett y ahora a mí, con el Nacional de las Letras; seguro que ha sobornado al jurado”, ha bromeado.

Riera trabaja en la actualidad en una nueva novela, de la que no ha querido avanzar nada, si bien ha anunciado: “No tiene nada que ver con todas las cosas que había hecho hasta ahora y espero entregarla en 2016”.

Riera tuvo palabras también para criticar el nivel educativo con el que llegan sus estudiantes a la Universidad: “Hace diez años que no puedo enseñar a mis alumnos, porque no tienen referentes, después de que la literatura desapareciera del bachillerato. - Efe