Madrid - Luis Alberto de Cuenca, que abandonó sus quehaceres políticos en 2004 tras haber sido director de la Biblioteca Nacional y secretario de Estado de Cultura, está a pleno rendimiento como poeta. Por eso, recibir ayer el Premio Nacional de Poesía le ha hecho feliz, porque era su asignatura pendiente, dice.
“Estoy emocionadísimo; antes no concurría por mis puestos en la Biblioteca y en la secretaría de Estado, y este premio era mi asignatura pendiente”, subrayó Luis Alberto de Cuenca (Madrid, 1950), quien recibió el Nacional de Poesía por Cuaderno de vacaciones.
El jurado consideró que este trabajo, publicado por Visor, “constituye una de las aportaciones poéticas de mayor motivación existencial y simbólica en la historia de la lírica reciente en España”. “La excelencia de su estilo, unida a la voz de la autenticidad en el espacio literario, convierten los poemas de este libro en una progresión cuya fuerza emocional roza lo sublime”, argumentó el jurado.
Cuaderno de vacaciones recoge, repartidos en ocho epígrafes, ochenta y cinco poemas escritos, en su mayoría, en los veranos comprendidos entre 2009 y 2012. “Se trata de poemas que habitualmente escribo en verano”, aseguró el poeta y traductor. “Siempre miro el mundo desde un punto de vista poético, pero en verano estoy más tranquilo y relajado, aunque muchos temas del libro no son nada relajados porque reflejan las turbulencias del ser humano, sus preocupaciones e ilusiones, y todo ello se refleja en el libro”, explica.
Algunas de sus obras poéticas son Los retratos, Elsinore, Scholia, Necrofilia, El otro sueño, El hacha y la rosa, Sin miedo ni esperanza, La vida en llamas o El reino blanco. - Efe