La fotografía marca el paso de Montehermoso. Lo hace, eso sí, con tres propuestas bien distintas. Desde hace unos días, con la visión histórica sobre los acontecimientos festivos más cercanos de la mano del Archivo Municipal Pilar Aróstegui. Desde esta misma semana, con la mirada hacia la arquitectura del gasteiztarra César Millán. Y, en paralelo, de la mano de la Fundación Telefónica, que desde ayer toma el antiguo Depósito de Aguas con una selección de creaciones pertenecientes a sus fondos, una colección iniciada a principios de siglo donde cohabitan autores de las últimas décadas de diferentes nacionalidades.

En concreto, la fundación expone por primera vez en Gasteiz, aunque se quiere que no sea la última, un total de 33 imágenes que, desde tres distintos ámbitos temáticos, retratan a la sociedad actual, a sus expresiones artísticas, inquietudes, sentimientos, reflexiones... desde la óptica de firmas como las de Recher, Gursky, Perejaume, Prince, Baldessari y otros. Instantáneas que van desde la década de los años 70 hasta la actualidad y que pretenden ser una “pequeña pero significativa muestra de nuestra colección”, según explica Laura Fernández Orgaz, directora del área de Arte y Tecnología de Fundación Telefónica y ex subdirectora del área museística de Artium.

Entre la tendencia anglosajona, “más cercana al pop, a la publicidad, a la expresión cinematográfica, y la marcada por la escuela alemana, “más objetiva, fría, sobria”, la treintena de creaciones se distribuyen a lo largo del Depósito en torno a tres temáticas esenciales. Por un lado, las visiones al cuerpo y a la identidad, a cuestiones con el género o la autorrepresentación, por ejemplo. Por otro, la arquitectura y el paisaje, a esa relación del ser humano, casi siempre ausente en las imágenes, con lo que le rodea, sea construido por el mismo, modificado o encontrado. Y, por último, la muestra abre un espacio bautizado como Simulacros, un espacio heterogéneo donde lo aparente y lo real juegan con el ojo del espectador.

De esta forma, se construye un recorrido en el que el visitante puede quedarse con el recorrido visual y estético pero en el que también se le invita a ir más allá puesto que, con unas formas o con otras, la fotografía artística se quiere presentar como ventana, como mínimo, al análisis de un ser humano que desde los años 70 hasta la actualidad tiene la percepción de haber sido protagonista de muchos cambios que en algunos casos no es capaz ni siquiera de entender.

Hasta el 6 de septiembre, la exposición llega a la capital alavesa como un primer paso para futuras colaboraciones. De hecho, Fernández Orgaz recuerda que la Fundación Telefónica ya ha pasado por Bilbao y Donostia, y que le gustaría mantener la colaboración con la capital alavesa.