madrid - Empezó en la fotografía como un juego, cuando su padre le regaló una máquina, y actualmente Colita recorre Barcelona con su cámara digital también como un juego. Entre medias, más de cincuenta años de “fotógrafa de prensa”, que es lo que ella se considera. “Ahora hago lo que llamo mirar lo que veo cuando salgo de paseo” afirma Isabel Steva Hernández, Colita, que se encuentra en Madrid para inaugurar la exposición OjoColita, organizada por la galería Fernández-Braso dentro de la programación de PhotoEspaña.
La muestra pone la atención en diferentes temas que a lo largo de su trayectoria han interesado a esta mujer singular, animosa y llena de humor, cualidades que ha llevado a sus imágenes. Retrato, flamenco, mujer, el toro, Barcelona, Cuba, son temas en torno a los que se agrupan imágenes que abarcan desde los años 60 hasta los 90 y que han sido seleccionadas por la fotógrafa y por el comisario Francesc Polop.
Y es que Colita ha sido testigo y ha dado testimonio de acontecimientos importantes “como la transición democrática, que fue fascinante, entusiasmante, del momento en que se recuperaron las libertades, del despuntar del feminismo. He conocido a una serie de personajes absolutamente imprescindibles que han pasado por mi ciudad, como puede ser Orson Wels, García Márquez, Ana María Matute o Terenci Moix”.
En su opinión, un fotógrafo “nunca se acaba” ni su curiosidad “ni sus ganas de atrapar la realidad o fabricarla y el día que se le acaba está muerto”, comenta Colita, que sigue trabajando y monta exposiciones y publica libros, pero no obra nueva. “Hay un momento en que tienes que comprender tus limitaciones y yo en este momento físicamente no tengo ni la fuerza ni la agilidad ni lo que se requiere para ser un fotógrafo activo. Tengo 75 años y las rodillas destrozadas”, dice. Por ello, ahora atiende estas limitaciones y mira lo que ve cuando pasea: “Soy una abuelita curiosa”.
A la vez, pone su atención en sus exposiciones y en los numerosos premios que recibe. “Yo, si de algo he presumido en mi vida es que he sido una mujer pionera en esta profesión”, señala, para agregar que lo que tiene es un carné de prensa. “El hecho de que se me haya reconocido me ha llenado primero de estupor y últimamente de agradecimiento”, reconoce quien fue galardonada con el premio Nacional de Fotografía 2014 y renunció por negarse a hacerse una foto con José Ignacio Wert: “Ha hecho muchísimo daño y no sé cuanto tiempo tardaremos en recuperarnos. Ahora hay que trabajar muy duro para arreglar el agujero negro en que este hombre ha convertido la educación y la cultura en este país”.