Acepta, sin poner mayor reparo, el reto que, para seguir con la cuenta atrás hacia el Azkena Rock Festival, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA suele proponer a nombres destacados de la escena alavesa para hacer su propia selección de discos esenciales. Sólo hay dos límites que se resumen en uno: elegir un máximo de diez referencias, cinco editadas antes del cambio de siglo, otras tantas propias de esta centuria. Eso sí, Borja Triviño admite que “seguro que me he dejado muchos grupos fuera, tal vez si hiciese la lista mañana, sería diferente”. No hay vuelta atrás.
Desde la página Insonoro.com, portal nacido en Cantabria en 2003 que cuenta con colaboradores en todo el Estado moviéndose entre el rock, el punk y el metal, Triviño desarrolla una incesante actividad con crónicas de conciertos, entrevistas, reseñas, presentaciones... Una labor que “se hace en tiempos libres”.
Admite que, como todos, en lo recóndito de alguna caja tiene discos “inconfesables”, y junto a él también hay tiempo para revisar la situación de la escena alavesa, así como para lanzar una mirada a la decimocuarta edición del ARF, que se celebrará los días 19 y 20.
En este último aspecto, reconoce que no pudo acudir a las primeras ediciones del certamen por la coincidencia de fechas con el Derrame Rock, “que es más cercano a mis gustos, al punk rock”. Pero en los últimos años sí ha estado en Mendizabala. “Siempre hay muchos grupos que no conozco y eso me gusta. No me molesto en escucharles antes, sino que voy a ver, a dejar que me enganchen y eso, para mí, es un atractivo del ARF”.
Se siente cómodo con el formato de festival, “sobre todo en el estilo punk rock, bueno más que nada cuando eres joven. A mí, ahora, se me hacen un poco largos, empiezan a las cuatro de la tarde, terminan a las cuatro de la mañana y son muchas horas, sobre todo si quieres ver a todos los grupos”. Aún así, no pierde de vista tampoco la celebración, el 5 de septiembre, de la primera edición del Gasteiz Calling. “Este año tenemos suerte en Vitoria al contar con dos festivales importantes. Eso sí, en el Gasteiz vamos a ver cómo sale la apuesta por hacerlo en el Iradier Arena”.
Consumidor de discos, Triviño señala que, además, desde que cuenta con un nuevo reproductor para vinilos ha vuelto a comprar un formato que “cada vez utilizan más grupos”. Eso sí, no todo pasa por las tiendas. “Compro, por ejemplo, en conciertos que son gratuitos y de grupos que no suelen tocar mucho por Vitoria o por el sitio a donde vaya a verlos. Hace unas semanas, estuve en Alsasua viendo a unos gallegos, Bastards on Parade. No tenías que pagar la entrada y adquirir un CD es también una manera de apoyar a la banda, máxime cuando se viene hasta aquí”.
En lo que se refiere a su selección, lo primero es mirar a aquellos títulos del siglo XX. El orden, eso sí, no refleja ninguna importancia de mayor a menor. Empieza con el Innuendo de Queen, aunque podría haber seleccionado otro álbum de los británicos, porque “es una banda que ha marcado mucho y ha gustado a gente muy diversa y diferente y eso que no es de los grupos que más he escuchado”. No falta tampoco ¿Dónde jugarán las niñas?, de Molotov. “A parte de ser un trabajo con buenas canciones, en su día lo escuché en una radio-fórmula y, la verdad, hoy me chocaría bastante oír temas como Gimme the power en el mismo sitio”. Señala, además, el Never mind the Bollocks de Sex Pistols, ya que “el punk es el estilo que más me gusta”. Y en esa línea mira a los alaveses La Polla Records y su Salve puesto que “quería incluir un disco de lo que siempre se ha llamado el rock radikal vasco”. Pone la guinda el álbum homónimo de Rise Against The Machine, más que nada por “Killing in the name, una canción con la que hubo mucha gente que se puso en su contra”.
Ya con los pies en este siglo, la selección sigue. Y arranca con American idiot de Green Day. “Tampoco es que me haya gustado mucho la música punk comercial, pero dentro de ese mundo, éste trabajo es de lo mejor”. Apunta, al mismo tiempo, al Death magnetic de Metallica, una banda “que en sus primeros años hizo cosas muy buenas aunque luego decayó un poco hasta este título”. No falta el Crack the Skye de Mastodon, un guiño al ARF para una formación que “en lo que va de siglo ha sacado buenos álbumes”. Suma, asimismo, a System of a Down y su Toxicity, que cuenta con “canciones más conocidas como Chop Suey! pero también con otras más desconocidas pero interesantes”. Cierra el camino Runnin’ wild de Airbourne, “unos dignos sucesores” de AC/DC.
Claro que la música se vive, por supuesto, en directo. Y de conciertos, Triviño puede hablar largo y tendido. Mirando a la situación en la capital alavesa, apunta que aquí hay variedad de espacios pero no lugares “grandes” más allá de la sala Jimmy Jazz. “A lo largo de un fin de semana se puede elegir mucho, tenemos la suerte de que se apuesta por grupos internacionales. Pero el público es un punto débil de la ciudad. Cuando en la Jimmy, por ejemplo, hay un grupo importante pero antes está el telonero, apenas va gente al primero. Vas a otras ciudades, como Bilbao, y da gusto ver cómo la sala abre las puertas y casi todo el mundo está viendo al telonero y le apoya en todo momento”, describe, al tiempo que señala que el territorio cuenta con “bastantes bandas y de calidad”.
La agenda se la conoce bien. “No me canso porque siempre estoy pendiente. Tampoco es que vea muchas cosas fuera de mis gustos”, y aún así, en un mismo fin de semana puede asistir a varias actuaciones “aunque salgo bien parado”, sonríe. Todo ello para ir sumando en Insonoro.com. “Es una suerte poder ir a tantos conciertos. Hay veces que hay facilidades para poder hacer la crónica, tomar fotos y eso, y hay otras que no hay ninguna. Pero bueno, si haces esto es porque quieres”, y eso que en ocasiones se topa con bandas que “se aprovechan de tu trabajo, grupos que pillan tus fotos, recortan el logo... Luego son ellos los que se quejan por actuar sin cobrar, pero se tienen que dar cuenta de que la música no es solo tocar”.