Con la celebración del Día del Libro, este mes se convierte en muchos lugares como Gasteiz en un sinfín de actos, ferias, presentaciones, charlas... Con la creación literaria, y su mercado, como centro de atención. Actividades que, en la mayoría de los casos sin quererlo, se dirigen a un público que se percibe como homogéneo. Las estadísticas dicen, sin embargo, que en una sociedad como la estatal, el 30% de la población puede llegar a tener dificultades de comprensión lectora por diferentes motivos ya sea de manera permanente o transitoria. ¿Tienen que renunciar a títulos como La odisea de Homero, La gitanilla de Cervantes o Peter Pan de James M. Barrie? La respuesta es no. O mejor dicho, es Lectura Fácil.
Estos tres libros no están mencionados al azar. Son parte de los fondos que desde hace un par de años viene construyendo la Red de Bibliotecas del Ayuntamiento de Gasteiz, un trabajo que realiza poco a poco pero de manera constante en relación a un concepto que aunque se empezó a definir en los años 70 en los países nórdicos no llegó al Estado hasta principios de este siglo, cuando se constituyó en Cataluña la primera asociación en este campo. De hecho, es allí donde el desarrollo de esta herramienta de democratización de la lectura (que es aplicable a cualquier texto escrito, desde una novela hasta una sentencia judicial) está más asentado, un camino que en la País Vasco abrió en 2012 Lectura Fácil Euskadi-Irakurketa Erraza.
Tres son los puntos básicos para que un texto esté homologado y certificado como de Lectura Fácil siguiendo la normativa que marca la IFLA (International Federation of Library Associations and Institutions). Por un lado, en cuanto al contenido, se trabaja en cómo contar, en la forma de narrar, por ejemplo, evitando saltos en el tiempo o que haya muchos personajes; por otro, en lo que se refiere al lenguaje, se tiende a usar palabras de uso cotidiano, evitando conceptos demasiado abstractos o figuras como las metáforas, entre otras cuestiones; y, por último, en lo que tiene que ver con la forma, es importante también cómo está dispuesto el texto en la página, la tipografía que se usa, el interlineado más grande... ¿Destinatarios? El abanico es amplio: personas con discapacidades mentales, con trastornos del aprendizaje, autistas, afásicos, analfabetos funcionales, inmigrantes que no conocen el idioma, mayores con incorporación tardía a la lectura, jóvenes con escolarización deficiente, alumnos de educación especial... Por eso, los materiales también se adaptan y tienen que ser testados con cada colectivo.
“Sobre todo, significa poder entender”, explica Blanca Mata, responsable de Lectura Fácil Euskadi. Periodista y “lectora voraz”, de su mano se puso en marcha hace tres años la entidad que se encarga del desarrollo de este concepto en el País Vasco, una labor que también le ha llevado a cruzar su camino con la Red municipal de Bibliotecas. De hecho, lo primero que hizo el Consistorio en 2013 fue organizar unas sesiones informativas con el personal bibliotecario y técnicos municipales “porque teníamos una carencia en este sentido”, recuerda Inma Sánchez, responsable de la Unidad de Actividades Culturales.
Novelas de aventuras, de terror, históricas, sociales, cuentos populares... En los centros cívicos de la capital alavesa se pueden encontrar más de 160 ejemplares de unos 45 títulos, todos ellos en castellano, aunque ya está prevista la adquisición de los primeros libros que, desde abril del año pasado, se están editando en euskera de la mano de Gaumin Argitaletxea. La mayor parte de las publicaciones literarias que existen hasta el momento son adaptaciones de clásicos que, en muchos casos, no tienen derechos de autor puesto que no es fácil encontrar creadores contemporáneos que permitan que sus obras sean adecuadas a la Lectura Fácil o que, de manera directa, escriban siguiendo este modelo. En este último caso, como describe Mata, sobre todo hay autoras catalanas, aunque aquí también hay firmas que están siguiendo el camino como Fernando Morillo, Ander Izagirre y Laida Martínez. En cuanto a las editoriales, sólo hay una en el Estado que se dedica de manera exclusiva a esta parcela (La Mar de Fácil), aunque hay varias que tienen sus líneas de publicación en este sentido. Eso sí, que se trate de materiales dirigidos a sectores específicos no los convierte en más caros, aunque no en todas las tiendas están presentes.
“No se trata de desvirtuar la creación de un autor o autora, sino de adaptarla de forma que, sin perder la esencia de la obra, sea más comprensible”, señala Sánchez, al tiempo que aporta que “no estamos ante libros para personas más tontas o cortas. Para nada. Son textos adaptados. Se trata de trasmitir lo que el autor o autora quiso contar de una manera comprensible porque si no, estas personas se quedarían fuera, se estarían perdiendo el placer de la lectura, estarían perdiendo el acceso a la información y se perderían el hecho de compartir con otros”.
El casi medio centenar de títulos que está en los fondos municipales se encuentra disponible para el préstamo en las mismas condiciones que el resto de publicaciones. Además de poder acudir a los centros cívicos, los interesados pueden navegar por www.vitoria-gasteiz.org/bibliotecas, donde hay un espacio dedicado de manera especial a la Lectura Fácil, a través del cual también se puede acceder a los libros de la red vasca de lectura pública. Y hay otra herramienta esencial en este campo como es la existencia de los Club de Lectura. En la capital alavesa, a iniciativa de Apdema (Asociación a favor de Personas con Discapacidad Intelectual de Álava) está en marcha hasta junio uno de estos puntos de encuentro donde compartir. “Está siendo una experiencia muy interesante y de cara al curso que viene nos gustaría mantener este apoyo a Apdema y ver cómo podemos constituir otro grupo abierto a otras personas. Pero queremos hacer las cosas bien y para eso hay que ir poco a poco”, dice Sánchez.
Como recuerda Mata, en el Estado existen unos 200 Club de Lectura, estando el 90% de ellos en Cataluña. En las tres provincias vascas se puede encontrar unos 40 grupos, que, por cierto, el próximo 16 de mayo celebrarán su primer encuentro en el bilbaíno Azkuna Zentroa. “Euskadi es ya la segunda comunidad autónoma en el desarrollo de la Lectura Fácil”, afirma la responsable de la entidad, consciente al igual que Sánchez, de que todavía queda mucho por hacer aunque ahora se esté avanzando rápido.
Por supuesto, hay asignaturas pendientes. Por ejemplo, en el caso de la edición de nuevos títulos puesto que hay Club de Lectura en Cataluña que llevan más de ocho años trabajando “y ya no tienen qué leer”. Y más allá de la creación literaria y de que haya que desarrollar el trabajo en géneros como el ensayo, hay una labor pendiente con respecto al resto de textos. “La gran asignatura es la accesibilidad cognitiva a la información”, apunta Mata al tiempo que Sánchez señala que “como Ayuntamiento y como Red de Bibliotecas tenemos que seguir trabajando pero también como Consistorio tendríamos que trabajar a nivel administrativo determinados textos que se dirigen a la población en general”.