Vitoria - A finales de febrero estuvo en Gasteiz, en el mismo Principal que hoy volverá a pisar. Pero en aquella ocasión se quedó entre bambalinas, como la directora que es de la nueva versión de Don Juan Tenorio. Claro que Blanca Portillo no tiene una sola faz y esta vez descubre la más habitual para el gran público, la de actriz. Lo hace representando El testamento de María, propuesta que el público podrá ver desde las 20.30 horas en un Principal que aunque sólo sea en el segundo anfiteatro, todavía tiene algo más de un centenar de entradas a la venta por 12 euros.

La pieza pone en primer plano a la madre de Jesús de Nazaret, a la que ofrece la posibilidad de hacer audible una voz, un testimonio de sus vivencias, unas reflexiones, que sorprenden al espectador. Todo ello partiendo de las palabras del escritor Colm Tóibín, que convirtió hace un par de años en una exitosa novela un texto teatral suyo escrito, y estrenado, un poco antes.

En esta versión, Portillo se pone en manos del director Agustín Villaronga para recrear a esa mujer que no termina de entender qué justifica el hecho de haber perdido a su único hijo. “Es un personaje que está absolutamente presente en el imaginario colectivo. Es decir, no hay nadie que no sepa quién es. Pero nunca había tenido voz. Por encima del personaje público, cuando descubres a la mujer, te enamoras de ella. Esta María me resulta cercana, la entiendo y comparto su pensamiento y su forma de sentir. Ella llevaba más de 2.000 años sin hablar y estaba esperando que alguien le prestara su cuerpo y voz”, describe la actriz.