BARCELONA - El cineasta Isaki Lacuesta, que el próximo día 24 estrenará en las salas de todo el Estado su último trabajo, Murieron por encima de sus posibilidades, señaló ayer que la mejor forma de reflejar el país es a través del esperpento, como ya decía Valle-Inclán el pasado siglo. Para Lacuesta, este filme que ha realizado se trata de un “retrato de España, un país de locura, como la mayoría”, una película “esperpéntica y desmedida, pero, en realidad, menos desmedida y esperpéntica que lo que se pueda encontrar en cualquier periódico”.

En la cinta, cinco ciudadanos normales y corrientes (interpretados por Raúl Arévalo, Albert Pla, Iván Telefunken, Jordi Vilches y Julián Villagrán) que acaban ingresados en un psiquiátrico, ven cómo sus vidas cambian por la crisis y elaboran un plan para salvar la economía que incluye el secuestro del presidente del Banco Central para exigirle que todo vuelva a ser como antes. “La película nació de las conversaciones oídas en los bares o de ir a la librería y ver cómo tu librero habitual dejaba de hablar de Montaigne para decirte que quería matar a su banquero”, comentó el director.

Según destacó Lacuesta, lo más fácil de este proyecto, llevado a cabo “en crisis”, ha sido la participación de todo el elenco de actores que ha logrado reunir, entre los que se encuentran Eduard Fernández, Ariadna Gil, Emma Suárez, Luis Tosar, Ángela Molina, Àlex Monner o Àlex Brendemühl, y que no han cobrado por su participación; y recordó que la película se ha rodado a lo largo de dos años, siempre que los actores tenían un hueco en sus agendas. “Quería juntar a un grupo de personas muy conocidas, populares, que fueran vistas como iconos, porque también quería transmitir lo que es y ha sido este país”, añadió.

Por su parte, el actor Sergio López calificó la película de “comedia un poco sarcástica, casi cínica”, y reconoció estar deseando su estreno “porque tiene mucho que ver con nuestro momento actual, aunque vemos que va para largo”. Respecto a trabajar con Lacuesta, el actor apuntó que ha sido muy fácil porque las escenas “son divertidas, están bien escritas y el director te propone un juego que te permite disfrutar de actuar”.

A la presentación, que tuvo lugar ayer en Barcelona, también acudió el actor Josep Maria Pou, quien actúa como director del Banco Central, un hombre “escondido en una especie de cámara secreta a la que cuesta mucho acceder, como ocurre realmente; es un símbolo de lo que pasa, que cuesta mucho acceder a los que tienen el poder”. - Efe