lleida - El actor malagueño Antonio de la Torre tiene una larga trayectoria cinematográfica que le ha permitido hacer casi medio centenar de películas en las dos décadas que lleva dedicándose al oficio de actuar. Por él abandonó el periodismo y con él se ha ganado el respeto de muchos directores que le llaman una y otra vez para incluirlo en sus trabajos, a pesar de que, según advierte él mismo, “es un coñazo” como actor. En una entrevista con motivo de su presencia en Lleida para recoger el Premio de Honor de la Mostra de Cine Latinoamericano de Cataluña, De la Torre dice que lo que sucede es que intenta hacer su trabajo lo mejor posible y eso le lleva a no decir a todo que sí.
“No sé por qué repiten conmigo los directores con los que he trabajado porque ya saben que no soy el típico actor que dice a todo que sí, ya que puedo llegar a discutir cosas”, explica, y reconoce que eso le ha pasado “con casi todos” los cineastas que le han dirigido. “Pero siempre lo hice de una manera honesta y sincera y pensando en lo mejor para el personaje o la película, no con afán de medrar. Lo hago porque amo mi oficio”, asegura. Comenta, asimismo, que a lo largo de su ya larga trayectoria, de la cual dice no ser consciente hasta que recibe premios como el de la Mostra, ha aprendido que en la vida es preferible equivocarse por uno mismo que “por otro”. “Prefiero lamentarme por algo que hice mal que por algo que no hice o que hice haciendo caso a otro”, subraya.
Su primer papel le llegó en 1994 en Los peores años de nuestra vida (1994), de Emilio Martínez Lázaro, y desde entonces no ha parado. “Del oficio de ser actor me gusta no ser yo, porque no soy nada interesante”, explica. - Efe