DONOSTIA. "Cada vez que alguien le pide al alcalde que lidere el proyecto, yo me echo a temblar. Liderar no es ponerse delante. Ya es hora de que se ponga al servicio del proyecto y no ponga el proyecto a su servicio", ha dicho hoy Muñoz en una rueda de prensa.
Con esta comparecencia, el Gobierno vasco ha dado por acabado su "perfil comunicativo bajo" sobre la Capitalidad Cultural tras el "trágala" que entiende que ha supuesto adjudicar la organización de la cumbre sobre diversidad lingüística al consejo de organismos del euskera, Kontseilua.
Ha acusado a Izagirre de haber utilizado el "rodillo" para "imponer" a Kontseilua como organizador sin tener en cuenta las opiniones de dos patronos de la Fundación como son el Gobierno vasco y el Ministerio de Cultura, departamento que ha recurrido la decisión a los tribunales.
Muñoz ha expresado el "apoyo total" del Ejecutivo de Iñigo Urkullu a la Capitalidad y a su equipo técnico, "que está consiguiendo que el proyecto sea creíble y empiece a funcionar", y ha lamentado que sea precisamente en un asunto "delicado" como el euskera cuando ha "saltado" la "cuidadosa" manera en que la Fundación 2016 tomaba sus decisiones.
Ha recalcado que están en desacuerdo con el procedimiento empleado para adjudicar la cumbre a Kontseilua, con el que firmaron el acuerdo para dotar el proyecto con más de 400.000 euros unas horas antes de la reunión que el Patronato celebró en diciembre, de lo que el viceconsejero interpreta que debió de haber "algún problema legal para hacerlo 'in extremis'".
Pero también se oponen por razones de "contenido", ya que consideran que un congreso que busca la revitalización de las lenguas no hegemónicas debe contar también con la participación de las instituciones y no sólo de los agentes sociales y, en este caso, además, de solamente uno.
El Gobierno Vasco presentó una propuesta, "a la que no se ha hecho ningún caso", en la que planteaba la implicación en la cumbre de agentes sociales, como el propio Kontseilua, junto a las instituciones públicas, las universidades vascas, y entidades como Euskaltzaindia y Eusko Ikaskuntza.
Que haya primado el criterio del alcalde en este asunto obedece, según Muñoz, a "esa manera de entender el mundo y el país" en el que "hay un poder popular y un poder institucional que están contrapuestos y en permanente liza".
"Ese era un modelo que creíamos que se había superado y parece que vuelve de la peor manera posible y en el peor de los temas posibles, el euskera, que es justamente el que más consenso necesita. Que no se hayan enterado de eso es grave y que no lo hayan entendido en un proyecto de Capitalidad es especialmente grave", ha subrayado Muñoz, que al referirse a esta situación ha empleado calificativos como "sangrante", "penosa", "lamentable" e "incomprensible".
Ha insistido en que "nadie se ha metido con el euskera, sino con una manera de proceder". "El euskera no es el alcalde ni lo que él cree que es el euskera. Que no se arrogue la bandera de ser su defensor", ha enfatizado.
Se ha mostrado convencido de que la Capitalidad puede ser "un éxito" porque "nunca había estado en una posición tan sólida", pero ha recalcado que Donostia 2016 "exige aunar voluntades, lo que no hace ahora la Presidencia".
Por ello considera que "mucho mejor" que dejaran liderar el proyecto a Pablo Berástegui, de quien, por otra parte, le ha sorprendido ayer su presencia "en primera fila" en la presentación de la cumbre lingüística cuando se trataba de un acto de Kontseilua y no de 2016.
Cree que no se le permitido "mantenerse en una posición más neutral" por "presiones del alcalde", que "funciona con sus parámetros".
Muñoz ha señalado, por otra parte, que la cuantía económica destinada a Kontseilua es "muy alta", pero que no puede opinar si es "desorbitada o no, si es lógica o no" porque no cuentan con "suficientes datos" para poderlo hacer.
"Igual hace falta, no lo sé. En las reuniones que hemos tenido hemos dicho que una de las cuestiones en las que estamos obligados a responder ante la sociedad es qué se hace, con qué dinero se hace y si está justificado ese dinero en un momento en que la cultura y la sociedad tienen problemas económicos. Lo menos que pueden hacer es aportarnos información para que lo podamos hablar, meditar y discutir, para que la decisión que tomemos sea fundada. Todo eso es lo que no ha ocurrido", ha destacado.