era la crónica de un final esperado, que se dice imitando al gran Gabo, y en la noche del jueves se cumplió lo que la mayoría esperaba, que Belén Esteban fuese aclamada como reina de Gran Hermano VIP y que la telerrealidad volviera a enseñorearse de la audiencia, en un ejercicio televisivo, lleno de potencia narrativa, recursos imaginativos y buen hacer de Jordi González, que le ha cogido el tranquillo a la presentación y conducción del programa, rayando a buen nivel, tan bueno como el que derrocha Milá, que ya anunció con un espectacular video, que Gran Hermano 16 ha arrancado y es que Vasile tiene una voracidad ejecutiva digna de mejores cometidos, pero que le vamos a hacer, el italiano conoce el mercado como si lo hubiera parido él mismo y las cosas le van viento en popa y los realitys colman sus esperanzas triunfadoras. Belén Esteban barrió a la tímida y asustadiza Aguasantas que vio como los porcentajes le relegaban a un segundo plano y le queda el consuelo de haberse enfrentado a la princesa mediática del pueblo y haber rozado el sueño de llevarse el millonario maletín. En el plató hubo de todo, enfrentamientos, cuchilladas, amargos lloros, felices recuerdos y choque trenes que tendrán su prolongación a lo largo de la semana, colofón ruidoso a un programa diseñado para la Esteban, animado por la madre de Andreita, ganado por la auténtica dinamizadora de casi ochenta días de estancia cerrada en la casa dde Guadalix, que ya prepara motores para un nuevo cometido. Olvido, Arex, Coman, Ylenia y otros varios monigotes mediáticos han sido fagocitados por la gran llorona de la tele, que en un gesto que le honra ha decidido donar el goloso dinero del premio, porque el otro ganado día a día estará a buen recaudo. La magnífica interpretación de la novia de Migue merece respeto por aguante, altibajos con amagos de marcha, y entrega.
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