Fue el pasado mes de noviembre, cuando Gervasio Sánchez, Premio Nacional de Fotografía 2009, y la periodista Mónica Bernabé estuvieron en la capital alavesa para presentar el libro Mujeres. Afganistán, resultado de más de cinco años de trabajo en el país asiático para retratar y relatar las situaciones de violencia que, a distintos niveles, sufren “todas las mujeres” allí, aunque haya comportamientos y mentalidades que también se puede rastrear cerca. Esa publicación también tiene su versión en forma de exposición, una muestra que tras estrenarse en Barcelona con más de 60.000 vistas, ahora llega al centro cultural Montehermoso, donde va a permanecer abierta hasta el 3 de mayo de la mano del Fórum Feminista María de Maeztu.
Eso sí, este recorrido “duro”, que “huye de la retórica” ha estado a punto de no poder verse en la capital alavesa por la falta de financiación, una cuestión que ayer sirvió a Sánchez para, como ya hiciera en noviembre, remarcar sus críticas al Ayuntamiento de Vitoria por reducir su aportación a las políticas de cooperación del 1% al 0,016%. “Es vergonzoso que una ciudad que ha sido ejemplo esté así; puedo entender un cierto recorte, pero no esto”.
También con gravedad se refirió el fotógrafo a la posición que la comunidad internacional sigue manteniendo a día de hoy en Afganistán con respecto al trato a la mujer, personas cuyos supuestos derechos están reconocidos por las nuevas leyes, aunque en la realidad no se cumpla ninguna. “Sí hay burka en estas imágenes, pero los que conocemos el país sabemos que no es, ni de lejos, el principal problema” de una convivencia en la que ella, incluso si ocupa algún tipo de cargo político o de puesto de relevancia profesional, tiene siempre las de perder.
Así se relata en fotos y textos a través de los cuales se ponen “nombres y apellidos” a historias que hablan de una vejación tomada como normal, rutinaria, más allá de que la muestra, sobre todo en su recorrido final, también retrate algunas excepciones, eso sí, parciales. “Son situaciones que caracterizan una violencia estructural, que se daban cuando estaban los talibanes y que siguen ahora”, describió Bernabé, que durante ocho años residió en Afganistán y que se encargó de hacer todo el trabajo de campo para cerrar citas, pedir permisos y conducir a Sánchez, más allá de que en el trabajo de ambos los problemas se multiplicasen muchas veces, como van a contar tanto hoy como mañana en las visitas guiadas que van a conducir y que seguirán hasta el final de la muestra con guías especializados.
Al fin y al cabo, la intención de Sánchez y Bernabé es clara, dar a conocer una realidad que muchas veces se trata entre tópicos y distancias por parte de los medios de comunicación. De hecho, el propio fotógrafo admite que es muy habitual “en el periodismo español quedarse en la superficie”, formas de hacer y contar frente a lo que tanto él como la periodista presentan más de 200 mujeres (la exposición también incluye un vídeo que complementa las fotografías).
Mujeres que no tienen la custodia de sus hijos. Mujeres que tienen que casarse con el hermano de su marido si enviudan. Niñas que son casadas con hombres camino de la tercera edad. Mujeres que se queman a lo bonzo o que son lesionadas de muy diferentes maneras... La lista de vidas que la exposición relata es larga. Incluso en una situación tan normal como una boda, la discriminación aparece. “Ésta es una muestra de denuncia que creemos va a crear impacto”.