madrid - Las palabras del alma, las que a María del Mar Bonet le permiten cantar con verdad y emoción, se escriben en mallorquín, la lengua que la forjó y que ella luego ayudó a sacar de los muros domésticos a los que la confinó el franquismo; nunca hizo “batalla” de ese “derecho”, dice, al menos hasta ahora. Hace unos días, durante su investidura como doctora honoris causa de la Universitat de les Illes Balears, atacó a los gobernantes regionales del PP por “servir” al Gobierno central y atacar, dijo, “nuestra esencia con ignorancia y falta de sentido común”, y ayer ratificó su postura antes de actuar en Madrid.
“Es indecente tirar el bagaje cultural” del que dispone España, asevera la artista, que ataca al actual Ejecutivo comparando algunas de sus políticas culturales y el daño causado a la diversidad lingüística con las medidas del franquismo. En su opinión, las cosas “han ido a peor” desde aquella eclosión en la Transición de la Nova Cançó. “Había gente que pensaba que yo cantaba en catalán como una forma de lucha contra el franquismo, pero yo lo hacía porque era mi derecho, y por eso seguí haciéndolo cuando acabó la dictadura”, explica la intérprete de Dansa de la primavera o L’aguila negra.
Al PP le recuerda que “no se puede ir contra el alma de la gente” y le previene de que, en caso contrario, se suscita una respuesta opuesta cada vez mayor. “Las lenguas deben ser un elemento de unión”, expone Bonet, que ha hecho santo y seña en su carrera artística de la confluencia. “Yo he buscado Mallorca en todas partes y la he encontrado, de Italia a Estambul”, asegura, antes de afirmar que “el Mediterráneo es un país” y que, para una ciudadana insular como ella, “el mar son caminos, no un límite; el núcleo de mi trabajo son las raíces y desde ahí trazo una espiral que siempre me devuelve a ellas”, afirma.
No podía escoger mejor título para su último disco doble, en el que recopila quién es y qué ha hecho, Esencial. “He incluido lo que más me gusta a mí de mí”, dice sin poder disimular un rictus de orgullo ante temas como La balanguera, Cançó de na ruixa mantells, El Pi de Formentor o Noies voramar junto a Manolo García. - Efe