Vitoria - Un montaje de calle que después será adaptado para su representación en sala. Un espectáculo de circo teatralizado sin palabras que será dirigido por el reconocido clown Adrian Schavarztein. Una obra con una trama todavía sin definir pero que deberá partir de lo local para ser universal y así hacer un recorrido por escenarios y festivales estatales e internacionales. Una pieza que espera rondar los 120.000 euros de presupuesto de los cuales ya tiene seguros los 40.000 que a partes iguales aportan los ayuntamientos de Gasteiz y Bilbao. Todo eso y más quiere ser Lurrak.

El objetivo primordial del proyecto impulsado por Isabel Lorente tiene una doble cara. Por un lado, poner en valor el trabajo del cada vez más presente sector circense vasco. Por otro, y partiendo de ahí, ser una plataforma de promoción y difusión de lo propio hacia el exterior. Para ello se quiere conformar un reparto de diez personas, entre intérpretes de circo y músicos que van a ser seleccionados en un casting que a lo largo de lunes, martes y miércoles de la próxima semana se irá desarrollando entre la capital alavesa (en concreto, en la Escuela Luis Aramburu) y la vizcaína.

A partir de ahí, el reloj se pondrá en marcha. Está previsto que entre este año y comienzos del que viene se realicen unas cuatro residencias para que los intérpretes y Schavarztein vayan componiendo el espectáculo y dotándole tanto de forma como de fondo, al tiempo que se desarrollan otros aspectos como vestuario, escenografía, luces... Además, aunque en principio la obra está pensada para la calle, tendrá también su versión para salas, que también habrá que preparar y detallar. Ese camino, eso sí, tiene un final ya fijado, la muestra de artes de calle de Gasteiz, KaldeArte, de 2016. Ahí se producirá el estreno de una propuesta que, como mínimo, tiene otra visita asegurada a Vitoria. Se producirá a lo largo de otoño también del año que viene, ya sea en el Principal o en otro de los escenarios de la Red de Teatros. Por supuesto, el montaje formará parte asimismo en 2016 del cartel del festival Bilboko Kalealdia , que suele celebrarse a principios de julio.

De hecho, la colaboración de los consistorios de ambas ciudades se produce a través de estos dos certámenes. En 2015, cada institución aportará 10.000, cifra que se repetirá en 2016. El resto “es una pelea por conseguir que empezamos ahora”, ríe Lorente.