Gasteiz - El camino siempre ha estado pegado al escenario, al contacto personal y musical con el público, a los sonidos entre copas, risas y emociones, al viaje a lo más profundo de Estados Unidos para perderse entre carreteras que conducen a la frontera. Con sus guitarras, voces y sombreros, Lobo & Carmine no han parado desde hace años. Es más fácil enumerar los locales donde no han actuado. Y en cada ocasión, la pregunta se ha ido repitiendo tanto que incluso se ha dejado de hacer: ¿para cuándo el disco? Pues The line es ya una realidad palpable.

En realidad, como el propio dúo alavés ha explicado en más de una ocasión, las primeras grabaciones se realizaron hace tiempo. De hecho, ha pasado más de un lustro. Pero por unas cuestiones y por otras, el calendario ha ido estirando el final del proceso hasta ahora. “Ha salido cuando él ha querido y contra eso no puedes hacer nada”, ríe Carmine (Ismael Gómez de Segura). Siete temas compuestos por la formación en colaboración con el periodista y músico Natxo Artundo junto a otras dos versiones de Steve Earle y Allison Moorer dan vida a un CD que, además, se acompaña con un DVD que incluye diferentes extras como un making of y un vídeoclip. Todo ello se puede conseguir por 10 euros tanto en las actuaciones del grupo como en distintos bares y restaurantes del territorio que han ayudado a los intérpretes a hacer realidad este proyecto.

Aunque imaginar qué pensará cada una de las personas que se encuentre con The line al escucharlo es imposible, el guitarrista y cantante tiene claro que su idea pasa por “transportar a Estados Unidos” al público, “que se pongan el disco en el coche y se crean Thelma y Louise”, aún siendo conscientes de que “nuestra pronunciación en inglés no es buena, pero cantar en este idioma es una manera más de hacer el viaje que proponemos, para que puedas ir por la Ruta 66 en un Cadillac destartalado”.

Para conseguir ese efecto, el álbum fue registrado y masterizado en Knifeville Studios (Castellón) con la producción de Guillermo Torres y Javier Ibáñez, contando Carmine y Lobo (Alicia Mesanza) con la colaboración, entre otros, de músicos como Lucas Jiménez (batería), Vicente Portoles (violín) o Rafa Palomar (saxo), mientras Juan Carlos Fernández Orge iba grabando el material visual que sirve para dar forma y fondo al DVD. Todo para conseguir una respuesta por parte del público que “nos está dejando alucinados; no nos esperábamos tanto”.

Por supuesto, el grupo no descarta un segundo disco, además sin necesidad de esperar tanto tiempo, un trabajo en el que las rancheras clásicas pasen por el toque country de los alaveses. Pero tampoco hay que correr, cada cosa tiene su tiempo. Por ahora, lo inmediato es no despegarse de unos directos de los que buena parte de las canciones recogidas en The line habían desaparecido “para no cansar”, aunque con la salida del disco se están recuperando varias. “Hemos cambiado alguna cosilla, más que nada porque ha pasado el tiempo y no llegamos a ciertos tonos”, dice de broma Carmine, quien guarda para sí el deseo de poder hacer una presentación oficial de este primer trabajo junto a una banda en un teatro o espacio similar. La carretera dirá.