Berlín - La Berlinale cerró ayer su desfile de 19 aspirantes a los Osos con cine asiático, a la espera de que hoy el jurado internacional reparta los premios de un festival en el que Latinoamérica brilló y donde nuevos talentos del cine aportaron gratas sorpresas.
La vietnamita Chá Va con Vá -Big Father, Small Father and Other Stories- dio una última dosis de sensibilidad asiática al servicio de una bonita historia, mientras que la japonesa Ten No Chasuke -Chansuke’s Journey- deleitó a los amantes de lo delirante, en viajes de ida y vuelta entre el cielo y la tierra. La primera, dirigida por Phan Dang Di, es una película mágica, de jóvenes en periodo de iniciación a todo, que discurre entre las calles de Saigón y los lodazales de la periferia y que despertó al festival, pese a que los ánimos estaban ya algo agotados en esta última jornada. La segunda, del japonés Sabu, es un paseo onírico alrededor de un ángel que desciende a lo terreno para salvar la vida a una muchacha a quien el ejército de guionistas celestiales colocó bajo las ruedas de un automóvil. La exquisitez vietnamita y el ritmo trepidante japonés en medio de historias que se enredan y desenredan se repartieron el protagonismo del último tramo de un festival en el que, de acuerdo a su código de conducta no escrito, no hay que dar nada por descartable. Al jurado encabezado por el director estadounidense Darren Aronofsky le corresponde emitir su veredicto, sea coincidente con la crítica internacional del festival o buscando su propio Oso. Las preferencias, tanto en la revista del certamen Screen como en barómetros de diarios locales, se inclinan por 45 Years, del británico Andreas Haigh y con la excelente Charlotte Rampling al frente de la historia de un matrimonio gastado. Sus directos perseguidores son El club, del chileno Pablo Larraín, El botón de nácar, de su compatriota Patricio Guzmán, así como Ixcanul, del guatemalteco Jayro Bustamante, y Eisenstein in Guanajuato, el filme rodado en México por Peter Greenaway. Nada mal, para las cuatro películas con participación latinoamericana a concurso que representan cuatro formas distintas de hacer cine y de sabiduría cinematográfica. Un joven talento, el alemán Sebastian Schipper, aportó a la competición un nuevo lenguaje cinematográfico, con una cinta rodada como una secuencia única, donde todo gira alrededor de una joven española, Victoria, papel interpretado por Laia Costa. Y la neófita Laura Bispuri impactó con Vergine Giurata. Savia nueva que todo festival quiere mostrar, mientras que las mayores decepciones procedieron de nombres consagrados, como el alemán Werner Herzog y su superproducción Queen of the Desert, así como Terrence Malick y la etérea Knight of Cups. Tampoco se ganó el agrado de la crítica la española Isabel Coixet.
Pero nada es descartable. Taxi, del iraní de Jafar Panahi, sería una opción más bien política o solidaria hacia el cineasta inhabilitado por Teherán, mientras que premiar la rumana Aferim se entendería como un reconocimiento a uno de los ejes temáticos de esta 65ª edición del festival: el racismo, en este caso contra los gitanos.
La vuelta de un clásico Sesenta y cinco años después de que Walt Disney estrenara su Cenicienta, la Berlinale recibió ayer con los brazos abiertos el clásico cuento de hadas renovado bajo la batuta de Kenneth Branagh y con un impresionante elenco de carne y hueso. Cenicienta se hizo con el Oso de Oro al mejor musical en la primera edición del Festival de Cine de Berlín, en 1951, pero en esta ocasión la nueva producción de Disney, incluida en la sección oficial, no compite por los galardones. Ello no impidió que desembarcaran en la capital alemana todos sus protagonistas, encabezados por Branagh, Lily James (Cenicienta), Cate Blanchett (la malvada madrastra), Helena Bonham Carter (el hada madrina) y Richard Madden (el príncipe). Con algunos retoques respecto a la historia original y un vestuario fabuloso, la tierna Cenicienta de Branagh recupera para el gran público la esencia de este cuento de amor y esperanza, con toques de humor y destacados efectos animados de la factoría Disney.