el humorista neoyorquino Jon Stewart dejará The Daily Show en 2015 tras más de 16 años como azote de los conservadores e informador de referencia para una generación desencantada con la política y los medios tradicionales. “No tengo ningún plan específico, tengo muchas ideas en la cabeza. Voy a cenar entre semana con mi familia, que he oído por múltiples fuentes que son una gente maravillosa”, explicó con su característico humor afilado al terminar el programa del martes. Stewart, de 52 años, se puso al frente de The Daily Show en 1999. El humorista, que reemplazó a Craig Kilborn, convirtió este programa diario nocturno del canal Comedy Central en uno de los espacios de referencia de la televisión estadounidense, con un total de 20 Emmys. Adorado por los progresistas y demonizado por los conservadores, no intentó nunca ser neutral en su comentario mordaz sobre la política y los medios. Desde la sorna y, en ocasiones, la más profunda indignación, se despachó sin reparos contra la Administración de George W. Bush, la información convertida en entretenimiento, el bloqueo del Congreso y el Tea Party. El programa atrae a una audiencia muy golosa y difícil de alcanzar para los anunciantes, los jóvenes, especialmente chicos, de entre 18 y 34 años. “Para los menores de 30 años, que Jon Stewart abandone el Daily Show es el equivalente de la separación de los Beatles”, sentenció la influyente periodista del Washington Post Karen Tumulty. Por otro lado, ayer se supo que Brian Williams, el presentador del informativo nocturno de la NBC que falseó una de sus vivencias en la guerra de Irak, ha sido suspendido durante seis meses de empleo y sueldo. NBC está investigando tanto la historia en Irak como su premiada cobertura del huracán Katrina en 2005.
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