En una sociedad donde lo que se valora es lo material, lo que se lleva en la cartera, donde la cultura se entiende como un recurso turístico o un simple accesorio de quita y pon, escuchar frases como “lo que hago es por el arte y por la música, no hay ninguna intención más allá de no perder dinero” resultan esperanzadoras, máxime cuando vienen de alguien que debe “tener tres trabajos para sostener todo el proyecto”. Pero Mikel González, más conocido por muchos como Mikel Cthulhu, no busca otra cosa que sumar, dentro de sus posibilidades, a la escena de Gasteiz y hacerlo, a través de varios frentes, con su iniciativa Cosmic Tentacles.

Hace cinco años, el primer paso lo dio con la creación de un blog en el que ir reseñando discos. La propuesta tuvo buena aceptación, así que terminó convirtiéndose en una webzine o revista electrónica para ganar en apariencia y funcionalidad. “Recomiendo discos, no hago críticas”, aclara González, que también se encuentra en estos momentos dando forma y fondo al que será su primer libro, una publicación que espera editar a lo largo de este año y que versa sobre la relación del black metal y las vanguardias artísticas, y la unión que entre ambos mundos se está dando, sobre todo, en Estados Unidos.

La labor llevada a cabo en www.cosmic-tentacles.com tuvo una primera consecuencia lógica hace ya un tiempo. El hacer las reseñas de los álbumes le puso en contacto con muchas bandas que además de mandarle sus materiales le preguntaban sobre lugares para tocar en la capital alavesa. “Por aquella época estaba trabajando de camarero en el Troner y empezamos a hacer actuaciones con gente como Horn Of The Rhino o Yaw”, pero la cosa fue a más “y decidí dar el paso de programar en la sala Ibu Hots. Era un asiduo al sitio y hablando con Hugo Cano (responsable del espacio de la calle Jacinto Benavente y miembro de Los Nitxos), la verdad es que me dio total libertad para mis chaladuras”, una vía libre que se tradujo no sólo en conciertos sino también en la realización, el año pasado, del primer Cosmic Fest, un certamen que en 2015 volverá a celebrarse el 18 y 19 de abril. Con una jornada más con respecto a 2014, la cita contará, además de con la presencia de grupos como Cuzo y Pyramidal, con stands para sellos y editoriales independientes.

A raíz de la edición inaugural de este evento “y de que las bandas salieron encantadísimas, me dije que era el momento de dar el siguiente paso que era ayudar a esos grupos no sólo a tocar sino también a editar sus discos”. Y así nació el año pasado Cosmic Tentacles Records, la tercera gran pata del proyecto. Por ahora, son cuatro los trabajos que han salido a la calle, dos de ellos de grupos alaveses: Viva Bazooka (Beso Mata Banda Bang!) y Dr. Sax (Vol. II). El resto llega de fuera del País Vasco.

Es el caso de Memest, banda de Tarragona de la que se ha publicado Bastards and Liars. “Conozco a su batería, que también tiene un sello (Discos Macarras). En la escena en la que nos movemos, lo habitual es que los discos no los saque una sola discográfica sino que sean co-editados puesto que somos referencias muy pequeñas con una capacidad de llegar a los sitios muy limitada. Es preferible que en cada zona del Estado haya gente con copias y las mueva”.

En lo que respecta a Electric Belt (El Blues de los Pollos sin Cabeza), el contacto con los andaluces se produjo tras la invitación que durante dos años ha recibido Mikel González para ofrecer conferencias en Rock & Metal Encounter, unas prestigiosas jornadas que organiza la Universidad de Jaén. Allí se produjo el encuentro, “el disco me pareció muy bueno” y no hubo más que hablar.

En todos los casos se hacen tiradas pequeñas puesto que “la venta es complicada. Soy consciente de que soy un sello que acaba de empezar, que dentro del mundillo sí se me conoce pero que entre el público todavía hay trabajo por hacer”.

Todo ello supone una apuesta económica indudable, claro que “no quiero forrarme con esto, ni siquiera lucrarme. En el caso de los conciertos, a las bandas siempre les prometo un mínimo de dinero que considero que es lo básico que debería ganar una banda por tocar. Si sale más de la taquilla, va para los músicos, no me quedo con nada. Con el sello, lo mismo. De tener beneficios se invertirían en editar más discos”, apunta González, que subraya que “desde joven siempre he sentido un apego muy especial por la ética y la forma de trabajar de la escena del hardcore, aunque luego mis derroteros han ido por otro lado”.

Y aún con todo, todavía le ha dado tiempo a celebrar, hace unos días, las primeras Jornadas de Metal Extremo de Gasteiz, siguiendo la referencia de lo que él mismo ha palpado en el mencionado encuentro de Jaén. “Ha supuesto mucho trabajo, pero aquí, como a Juan Uriarte le pareció bien la locura, he contado con Helldorado y creo que hemos ofrecido algo de calidad”.

Por eso, como reconoce, “estos últimos meses han sido una auténtica locura” así que en su mente está, de cara al futuro más inmediato, seguir desarrollando todas las facetas mencionadas pero reduciendo el volumen de trabajo para hacer un poco menos pero en mejores condiciones. “Siento pasión por la música y creo que en esta ciudad hay potencial para que los sonidos underground lleguen al público. Hay pocas ciudades que programen tantos conciertos como Vitoria. Se debería hacer menos caso a los macro-festivales, que son más un evento social que otra cosa, y más a una escena underground que realmente es la que luego nutre lo otro. Ahí está la honradez, el arte y las ganas de innovar porque como no hay muchas expectativas, los músicos pueden hacer lo que quieran. Si dentro de tres años he muerto de agotamiento, tampoco pasará nada si he conseguido sumar a todo esto”, ríe.

Agradecido a la colaboración que encuentra en lugares como el Ibu, Helldorado, Herre 74 o Stonehead, González, que también le pega a la guitarra, describe que “siempre he sido muy introspectivo y he usado la música para expresarme. Conecta mucho con mi manera de ser”, sonidos que hace crecer para él y el resto desde Cosmic Tentacles.