Vitoria - Su cita con el restaurante Basajaun se tenía que haber producido el pasado mes de septiembre, pero a veces la vida marca otros plazos. El retraso, de todas formas, no ha sido importante. Acuatic dreams ya se encuentra con el espectador en las paredes ubicadas en Portal de Foronda desde el pasado martes. Ahora es el momento de otros ojos, de miradas que se dejarán llevar, si así lo aceptan, por el mar de tranquilidad que parece querer construir el fotógrafo Javier Sánchez Sáez en una muestra que permanecerá abierta hasta el 22 de marzo.

Un total de 16 imágenes, que forman parte de una colección más amplia, componen una exposición que mañana vivirá su inauguración oficial, un acto que arrancará a las 19.30 horas y que, entre otras propuestas, contará, desde las 20.00 horas, con un concierto del músico gasteiztarra Kepa Beloki.

Todo ello para acompañar a unas instantáneas en las que el paisaje no sólo es atrapado por la cámara de Sánchez Sáez. El autor también somete a esas imágenes, tomadas en la costa, a tratamientos digitales de pintura. “Cada uno buscamos nuestro paisaje ideal, pero en mi caso, tanto por las horas a las que puedo acudir para hacer estas fotografías como por el tiempo que dispongo, que no es mucho, nunca termino de encontrar esa luz y ese color que deseo, que considero adecuado, así que el ordenador se convierte en una herramienta propicia”, describe.

El resultado es una muestra “donde uno espera encontrar una relajación momentánea a través de la vista. La playa, la costa, es lo que me tranquiliza, me da paz y es lo que intento transmitir” a través de un trabajo que se viene construyendo a lo largo de los tres últimos años y que, en algunos casos, el creador también ha ido dando a conocer en este tiempo a través de las redes sociales.

El agua es aquí el elemento de unión de parajes que invitan al reposo, espacios abiertos donde la figura humana aparece lejana y en la sombra. “Son parte del paisaje en ese momento pero no pertenecen a él”, recuerda Sánchez Sáez, quien apunta que, eso sí, esos elementos en principio extraños ayudan a apreciar la verdadera escala de la naturaleza captada.