OURENSE. "Esto es una excepción, que no se volverá a repetir jamás", ha comentado en una entrevista con Efe Martínez-Lazaro, quien atribuye el triunfo a una confluencia de circunstancias que han permitido que el filme se sitúe en el primer escalón del cine español, algo para él inesperado, como le ocurrió, a mucha menor escala, con "El otro lado de la cama" en 2002, cuando cosechó también muy buenas críticas de "una manera sorpresiva".

Este cineasta, que se encuentra en Galicia para recibir el "Premio Cidade de Ourense", en reconocimiento a su trayectoria profesional y al éxito de taquilla de su película, ha asegurado que empieza ahora a "asimilar" todo lo ocurrido.

"Estaba en Lituania cuando se estrenó la película, y me acuerdo de que llegaron los primeros mensajes, WhatsApp y correos diciendo que había hecho 600.000 euros un viernes, fue impresionante", ha recordado, y ha ratificado que habrá segunda parte, en este caso ambientada en Cataluña, pero no una tercera, al menos bajo su dirección.

La película, con guión de Borja Cobeaga y Diego San José, y protagonizada por Clara Lago, Dani Rovira, Carmen Machi y Karra Elejalde, se estrenó el pasado 14 de marzo.

La cinta batió todos los récords de taquilla, con cifras a las "que nunca se había llegado", y que la convierten en "la más taquillera que se ha estrenado jamás en la historia" del cine estatal.

Es una historia "muy sencillita pero que ha tenido una acogida impresionante desde el primer día", ha remarcado Martínez-Lázaro.

Se trata de "una de esas veces en que has dado en la diana en todo, tanto en la parte de humor, como con los personajes serios".

Tras una primera idea inicial de realizar una especie de versión de "Bienvenidos al Norte", su propuesta audiovisual finalmente trató de mostrar "que los tópicos son mentira".

"Intenta ir en contra de la idea de que las identidades culturales y nacionales no pueden convivir unas con otras, todo lo contrario", y de ahí una narración que observada desde el punto de vista dramático, "podemos decir que es como un Romeo y Julieta entre vascos y andaluces en tono de comedia".

En cuanto a la elección de los actores, ha señalado que el protagonista era un "desconocido total, salvo para los internautas".

En el reparto están Elejalde, el "Bocas" de A Esmorga, que a pesar de que estaba "muy receloso al principio" ha sido un "actor fantástico". También Dani Rovira, que ha sido "la gran sorpresa", ha remarcado Martínez-Lázaro.

En un momento de auge del cine español, con películas como "El niño" o "Torrente 5", ha lamentado este director la falta de apoyo del Gobierno al cine, circunstancia que a su juicio se debe a que el Ejecutivo central "no se toma en serio el cine español".

"En Francia, Alemania, Italia, Inglaterra y Portugal se toman en serio el cine, y aquí no. ¿Por qué? No lo sé", ha reflexionado Martínez-Lázaro, quien ha asegurado que no entiende por qué mientras en otros países es un producto cultural importante, en España no.

Con la cinematografía española en boga, el cineasta reivindica más apoyo para cosechar muchos más éxitos de taquilla, donde "la única que se ha salido de madre es 'Ocho apellidos vascos', vaya".

Para el director, "hace falta que haya muchas películas que facturen diez, quince millones", ya que la materia prima existe por lo que "solo falta canalizarla" mediante respaldo y subvenciones.

Ha reflejado que sectores como el turismo o la fabricación de coches están "mucho más subvencionados" que el cine, porque "solo una fábrica de coches tiene 60.000 millones de euros de subvención".

Con esta cifra se podría subvencionar, compara, "la producción cinematográfica de diez años".

Ante este "sambenito que le ha caído al cine" se ha referido a otras identidades como Euskadi, Cataluña y Galicia, donde "se cuida" que haya películas que representen esas esencias nacionales, todo lo contrario que en Madrid, donde todo aquello que depende del Ministerio de Cultura "es cero".

La piratería y la subida del IVA, en su opinión, han hecho "mucho daño" al cine, a lo que hay que sumar la influencia americana que ha reducido las salas a "centros comerciales".