Donostia - Jonan Ordorika, ingeniero de sonido en los Estudios Katarain de Azkarate y hermano de Ruper, guarda como oro en paño un ejemplar del Transformer de Lou Reed firmado por el estadounidense. “Desde que lo descubrí, todo fue Lou para mí”, explica a DNA ante el lanzamiento de Lou Reed. Mila esker, disco homenaje al autor de Heroin que se editó recientemente, en el primer aniversario de su muerte y en el que cantan sus canciones, en euskera, Ruper, Gorka Urbizu, Petti, Andoni Delirium Tremens, Txuma Murugarren, Maddi Oihenart, Anari, Gari o Evaristo, junto a varios de sus músicos: el bajista Fernando Saunders, el guitarrista Mike Rathke y la cellista Jane Scarpantoni.

Primero fue el homenaje en directo y ahora este CD. Euskadi se ha rendido ante el arte de Reed. ¿Cree que fue un artista que dejó una huella profunda en la cultura y música vascas?

-Creo que, para los de mi generación, discos como Transformer, Berlin, Rock&Roll Animal y hasta New York, han dejado un poso indiscutible por su fraseo, sencillez y glam. Ahora bien, me doy cuenta de que Velvet Underground ha tenido más influencia para las generaciones más jóvenes.

¿Cómo fue su bautismo con Lou? ¿Es cierto que llegó a través de Ruper?

-Yo era un chaval entonces y los discos que entraban en mi casa eran por medio de mis hermanos mayores. Escuché Transformer y... desde ese disco en adelante, todo fue Lou para mí.

Llegó a conocerlo. ¿Cómo se manejaba en las distancias cortas? Tenía fama de ogro.

-Conmigo no, desde luego. Era una persona extremadamente inteligente. Y creo que sí, que le gustaba cultivar esa fama de ogro con los periodistas.

Fernando Saunders, bajista de Reed, me comentó en una visita que, como a él, le encantaba la cuajada.

-Lo de las cuajadas alguna vez saldrá en su biografía (risas). A Lou le encantaban. Yo se las llevaba a todos sus conciertos y era lo primero que me preguntaba: Jonan, do you bring me the special yoghurts? (¿me traes los yogures especiales?).

¿Cuándo y cómo surgió la idea de plasmar este proyecto? ¿Es fruto de la admiración, del dolor? o de ambos?

-Lo tenía en mente antes de morir él, pero se concretó después. Sin duda alguna, es fruto de ambos, pero sobre todo de la admiración. Si a mí me gusta tanto la música, es por él.

¿Quiso inscribir el homenaje y los participantes al mundo euskaltzale? Las excepciones son oír en euskera a Evaristo y a El Inquilino Comunista.

-Este no es un disco de músicos vascos que homenajean a Lou. Es bastante más porque no lo son los dos co-productores musicales que más me han ayudado: Fernando Saunders (músico y productor durante los últimos 30 años de Lou) y Paco Loco (productor de prestigio y fan de Lou también).

Creo que usted eligió el repertorio y a los músicos ¿Con qué criterio porque alguno, como Urbizu (Berri Txarrak), suena en clave muy diferente?

-Sí, la elección de las canciones y participantes es mía. Tenía una cara para cada canción y una idea clara de la sonoridad de cada versión. Es que contaba con una materia prima de músicos excelente, todos de mi entorno musical y mucho nivel. Además, están Fernando Saunders, Jane Scarpantoni y Mike Rathke, músicos del propio Lou. Y si encima, le sumamos a Tapia eta Leturia, Javi Pez, Rafa Rueda y Paco Loco....

O sea, que nadie tocó con sus músicos habituales.

-Exacto. Todos los músicos eran de mi entorno. Sí que hay algunos a quienes se puede considerar como una banda base, caso de Saunders, que toca el bajo en 6 canciones.

En el CD hay de todo: de las revisiones fieles al original de Ruper, Andoni Delirium o Petti, a otras sorprendentes, con Txuma Murugarren a la cabeza, que traslada al folk euskaldun ‘Smalltown’.

-Mi idea original, que la he mantenido, era que el disco tenía que abarcar toda la trayectoria de Lou, desde la Velvet hasta el 2013. Y no más de una canción por disco elegido.

Hay dos voces femeninas: Anari y Maddi Oihenart. Ambas son especiales ¿verdad? Especialmente, la segunda emulando a Nico.

-Maddi fue la primera elegida. Cuando me decidí por I´ll be your mirror, la oía en voz de Maddi. Y Anari es la perfecta para Sad song. La verdad es que todos los cantantes han sido receptivos a tope y no han puesto ninguna pega. Han hecho un trabajo de diez.

¿Cómo fue la grabación, el ambiente que se respiró, si se vieron los diferentes músicos, alguna anécdota destacable??

-Fue un poco atípica al haber tanta mezcla de músicos. Básicamente, está grabado en mi estudio, pero hay muchas grabaciones que se han hecho en los propios estudios de los músicos, caso de Mike Rathke y Jane Scarpantoni. No se han venido de Nueva York para grabar aquí. Lo hicieron allí y luego me lo enviaron. Ahora es fácil con Internet.

Sería bonito trasladar a un escenario el CD. ¿Hay planes o es un sueño imposible juntar a tanto músico al menos una noche?

-Ya me gustaría, pero es imposible. Hay muchos músicos de fuera y también “de dentro”. Demasiado gasto.