Bilbao - La actriz argentina Cecilia Roth, que ayer por la noche recibió un Mikeldi de Honor del Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao 2014, mantiene que “sin libertad no hay oficio de actor”, porque este trabajo, dice, “está vinculado a la libertad de poder decir lo que uno quiere transmitir”. Cecilia Roth reflexionó sobre su carrera profesional en una conferencia de prensa horas antes de ser galardonada en la gala inaugural de la 56ª edición del Zinebi, que se prolongará hasta el 21 de noviembre. La edición de ZINEBI 56 proyectará mañana Martín Hache de Adolfo Aristarain, en el auditorio del Museo Guggenheim, a las 20.00 horas.
Con una carrera muy ligada a la “movida madrileña” y a las películas de Almodovar y, en la década de los 90, al cine del argentino Adolfo Aristarain, Cecilia Roth ha sido premiada por el festival por su “libertad y madurez interpretativa”, así como por una trayectoria plena de aciertos profesionales.
La protagonista de películas como Un lugar en el mundo (Adolfo Aristarain, 1992), Martin Hache (Adolfo Aristarain, 1998) o Todo sobre mi madre (Pedro Almodovar, 1999), agradeció que se reconozca con un premio “el acto libertario de encarar este oficio desde esa libertad”.
Tras conocer que le había sido concedido el galardón, lo primero que pensó fue que, confesó, “en algún lugar del planeta se ha visto lo que ella ha hecho y se devuelve con tanta generosidad aquello que yo también entregue de corazón en mis trabajos”, dijo. En este sentido, la actriz argentina agregó además que la concesión de un premio, para ella, significa que “aquello que uno, imaginariamente, hace para la gente más cercana, tus amigos, tus padres, tus hijos, de pronto se convierte en algo que trasciende a mucha gente y eso es muy impactante”.
Cuestionada sobre cual de las numerosas películas que ha hecho sería su favorita, contestó que “es muy difícil elegir una porque es como preguntar a cuál de tus hijos quieres más”. “Mis películas -dijo-, son una parte de mi vida y, a lo largo de mi vida, estos eslabones que son las películas no existirían si no existiera el eslabón previo”.
“No creo que yo pudiera haber hecho con la libertad que hice Todo sobre mi madre si no hubiera existido antes Martín Hache, si no hubiera existido antes Un lugar en el Mundo o Una noche con Sabrina Love o Kamchatka o tantas otras que dan la posibilidad de que haya un crecimiento personal”, argumentó. “Ninguna película es más importante que otra, sino que una es la razón de otra”, indicó.
libertad de artista Preguntada por sus recuerdos de una película para unos emblemática y para otros maldita como es Arrebato (1980) del realizador vasco Iván Zulueta, Roth expresó su “profundísima admiración” por la “libertad, como artista”, que tuvo Zulueta.
Agregó que “esa libertad, precisamente, fue la que hizo que fuese incomprendido por tanta gente en aquella época, pero fue un realizador de una enorme vanguardia que ha contado en pocas películas, lamentablemente, su universo extraordinario, diferente, único y singular”. Roth mantuvo que el realizador vasco “fue quien de alguna manera trazó ese vínculo definitivo que hay entre actuar y ser libre”. “Iván Zulueta es, sin duda, un ejemplo de lo que dije antes de que no puede haber oficio de actor sin libertad”, concluyó. - Efe