madrid - Javier Cercas se quedó hace años subyugado por Enric Marco, el nonagenario barcelonés que se inventó su vida como héroe y superviviente de los campos nazis y que fue desenmascarado en 2005, una pasión por la impostura que ha quedado recogida en la nueva novela del extremeño, El impostor.
Una metanovela en la que se mezcla una profunda investigación por parte del autor, con biografía, ensayo, crónica, intriga, una entrevista con el propio Enric Marco y parte de autobiografía para hacer un ejercicio de psicoanálisis colectivo y ponernos a todos frente al espejo, porque para Cercas “la vida inventada de Marco es la metáfora de nuestro país”. “Las falsedades de Marco son en gran parte nuestras fealdades. Todos mentimos para que nos quieran, para que nos acepten. Todos maquillamos un poco nuestras vidas. Este hombre no solo es la metáfora de todos nosotros, sino la metáfora de lo que nuestro país se ha inventado”, recalca a Efe el escritor. Y es que Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha echado el resto en esta novela y se ha quedado “vacío, como después de un parto”. “Supe desde el principio que en este hombre monstruoso había un lado que me atañía, que tocaba algo de mí y, como soy un hombre común y corriente, pensé que, si me atañía a mí, nos atañía a todos”, precisa. “Tuve una intuición que se confirma luego en el libro -aclara-, cuyo fin es intentar comprenderle. Saber quién es este hombre y quiénes somos todos, porque, si pudiéramos comprender por ejemplo a Hitler, Hitler no volvería a repetirse”.
El impostor (Literatura Random House) cuenta quién fue, o no, Enric Marco, con una vida extremadamente dura “y más interesante que la inventada”, dice Cercas. “Este hombre fue extraordinario -argumenta-, no solo porque fuera un impostor genial, el Maradona de los impostores, sino porque, al tiempo que era radicalmente excepcional, era radicalmente normal, del montón en este país. De un país con una historia fea, como la de muchos países, y que para tolerarla nos la hemos inventado distinta”. - Carmen Sigüenza