Vitoria - ¿Qué imagen es la que el País Vasco nunca utilizaría para ser representado de cara al exterior? Las respuestas son múltiples. La pregunta es la que la artista, comisaria y deportista Nerea Lekuona ha planteado a siete creadores alaveses de distintas generaciones y campos de acción para dar forma y fondo a Plusmarca Euskadi. La propuesta toma desde hoy hasta el 8 de diciembre Montehermoso dentro del ciclo de exposiciones que el centro cultural está realizando en este último tramo del año para presentar al público el resultado de su última convocatoria de ayudas.
Dejar a un lado los discursos oficiales para mostrar otros imaginarios donde tienen cabida la crítica, la reflexión e incluso el humor. Al fin y al cabo, en ese campo se mueve el propósito de un proceso que ahora cristaliza pero que lleva tiempo construyéndose.
Si la expresión de un pueblo es su cultura, de ésta, en su concepto más amplio, no se puede desligar el deporte, que también tiene su papel en el juego de la construcción de las identidades. Y es ahí donde Lekuona une creación artística y herri kirolak, dos actividades que conoce bien y que le son propias. Como es evidente, pues es campeona alavesa en tronza, es el corte de troncos con sierra el que toma su papel protagonista en la búsqueda de la plusmarca vasca.
En Idiazabal compró un gran tronco repartido en ocho trozos de 80 kilos cada uno. A partir de ahí, llegó el momento de repartirlos entre Javier Hernández Landazabal, Anabel Quincoces, Miguel Ángel Herrera, Puy San Martín, Zigor Samaniego, Succubus, Iñaki Saldias y la propia Lekuona. Durante un mes, la idea era que cada uno interviniese a su modo y manera sobre una de las caras, aunque al final hay quien ha optado por actuar sobre todo el tronco en su plenitud.
Ayer, estos particulares lienzos llegaron a Montehermoso aunque, en realidad, no tendrán su aspecto final para la exposición hasta el momento de la inauguración, hoy a las 20.00 horas. ¿La razón? Sencilla. Casi todos los troncos van a ser cortados en la propia sala donde se mostrarán hasta el 8 de diciembre para ser colgados en las paredes del centro cultural, todo ello en un acto que también contará con la presencia de trikitilaris, por ejemplo.
De todas formas, aunque el último paso todavía está por dar, una mirada rápida a los trozos de tronco antes de su último corte ofrece un abanico de propuestas y técnicas muy distintas entre los artistas y diseñadores participantes. Es el caso de Hernández Landazabal, que se sirve de Oteiza para reírse sin pudor de la imagen transmitida sobre lo vasco en una conocida caja que guarda bombones de sello alavés. O de Succubus, que viste de vaquero la esencia vasca. De todas formas, la interpretación es libre. Y los creadores generan con sus obras tantas lecturas como respuestas se plantearon ellos y ellas cuando Nerea Lekuona les planteo la pregunta sobre la Plusmarca Euskadi.