El desencadenante de la curiosa iniciativa de esta firma, con más de 70 años a sus espaldas, fue el caso del diputado José María Ibáñez, procesado por cobrar salarios del Estado a nombre de tres empleados de su hogar cuando desviaba el dinero del Congreso para pagar sus sueldos. Todo un soniquete no lejano diario de cuentas en Suiza, Andorra, cuentas B, tarjetas Black, al que por aquí nos hemos acostumbrado. Tras un “esto no volverá a ocurrir, me he equivocado” a la paraguaya, “fue un error humano”, Ibáñez quiso subsanar su equivocación ofreciendo donar 45.000 dólares (unos 36.000 euros) a dos hospitales públicos. Una estrategia poco convincente para una población harta de pedir justicia y oír un mea culpa interesado del diputado para evitar juicio.
La colección que toma el nombre del procesado, Ibáñez, está recibiendo gran cantidad de pedidos de una casa que habitualmente viste a las altas esferas, a las delegaciones paraguayas que viajan al exterior, a la selección deportiva nacional y a figuras prominentes de todos los sectores, y que ha declarado la guerra a este político, el cual es persona no grata y tiene prohibida la entrada a cualquiera de sus tiendas de la cadena. Tal y como declara Espínola, “no puede ser tan cínico y caradura para seguir permaneciendo en su banca representando al pueblo y riéndose ante las cámaras de televisión”. Prefiere perder clientela entre el funcionariado a quedarse callado, tras ser consultado sobre las posibles represalias que pueden generarse.
De hecho, prevén lanzar un traje de mujer al que llamarán Lady Ibáñez, en referencia a la mujer del legislador, también implicada en el último escándalo de corrupción.
A ver si alguno de aquí se anima a la iniciativa. Rl problema es que tendríamos que hacer una consulta popular para saber a quién elegimos como Mister y Miss Corruptos, porque la lista es más que larga y los cargos no son sólo como para coser los bolsillos, sino también las manos.