Vitoria - Sumergirse en el arte contemporáneo vasco es ahora mucho más fácil gracias a la colaboración de San Telmo y Artium, el museo más antiguo y el más joven de Euskal Herria. Ayer inauguraron la exposición Suturak, cerca a lo próximo, que el centro donostiarra albergará hasta el 25 de enero del próximo año. “Se trata de una ocasión única para comprobar que el contexto condiciona al arte”, declaró el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, quien agregó que esta muestra “está vinculada a nuestra realidad”.

Suturak reúne aproximadamente 120 obras de 82 artistas contemporáneos vascos. Entre ellos, se encuentran algunos internacionalmente reconocidos como Chillida, Oteiza o Zumeta, aunque también se podrá disfrutar de trabajos de jóvenes creadores vascos. Algunos, incluso han realizado una obra para la exposición, como por ejemplo Sergio Prego, Jon Otamendi y Maider López. “Hay pintura, obras audiovisuales, escultura... un poco de todo”, agregó Xabier Sáenz de Gorbea, comisario de la muestra junto con Enrique Martínez Goikoetxea, responsable de los fondos de la colección alavesa.

“La exposición comienza y termina con la idea de la muerte”, explicó Sáenz de Gorbea, quien aclaró que de ese modo quisieron subrayar que todo el mundo tiene límites. La muestra está dividida en diez apartados, y en cada uno de ellos hay una hipótesis escrita. “La exposición hará pensar en el antes, ver el contexto y observar cómo aceptamos la realidad”, explicó el comisario. Por otro lado, Martínez apuntó que “quien acuda a San Telmo va a encontrar análisis, pero también ironía, cachondeo y crítica”.

La exposición comienza con el apartado llamado La construcción de un contexto, donde se pueden observar carteles y pegatinas, y también obras de Oteiza y Chillida. El visitante pasará después a una sala que deja de lado la seriedad. “Bajo el apartado La risa lúcida, hay una colección de obras figurativas y humorísticas”, explicó Sáenz de Gorbea, quien ejemplificó lo dicho mostrando la escultura de un superhéroe euskalduntzarra, creado en 1972. “En Un tren puede tapar a otro, se muestra un Apocalipsis ético, con obras con formas de metralleta y tanques”, continuó. También está la guerra de banderas, representada con mástiles vacíos por Juan Carlos Meana. En el siguiente apartado, Construye que algo queda, una pared es ocupada por pequeñas obras que simulan las construcciones con tizas de Oteiza, un trabajo de Iratxe Jaio y Klaas van Gorkum. De la construcción, se pasa a la destrucción. En la siguiente sala, titulada Esta tierra es la Tierra, se pueden contemplar fotografías y pinturas en las que predomina la destrucción.

La sexta sala recoge obras bajo el título Límites interpelados. Cruce de códigos. En ella se observa una conversación entre culturas, por ejemplo, con un vídeo del teatro Arriaga, producido por Itziar Barrio. También ha un Txoko feminista, con obras y documentos acerca de la mujer. Los últimos apartados son Sospechas, testigos y testimonios, El descrédito de la política y Equilibrismos. Entre las obras que muestran, destaca una que simula ser el escenario de los comunicados de ETA en la televisión, de Miriam Isasi, y otra de Juan Aizpitarte en la que se ha fotografiado de seis formas distintas.

“Sentíamos la necesidad de mostrar la creación contemporánea, y solo podíamos hacerlo de la mano de Artium”, declaró Susana Soto, directora de San Telmo.