Bilbao - El bilbaíno Ramiro Pinilla ha sido un escritor que ha dejado una incuestionable huella entre el resto de narradores del panorama literario actual, tanto por sobresalir en su carrera profesional como por las relaciones personales y de amistad que estableció con algunos de ellos.
Asier Muniategi, coordinador de las campañas de Ferias del Libro de Euskadi, recibió con especial tristeza la noticia del fallecimiento del autor de Las ciegas hormigas. “Siempre he tenido mucha relación con él, tanto a nivel profesional como personal. Hemos realizado muchos encuentros presentando libros. Recuerdo que la última vez fue el Día del Libro en Barakaldo, donde estuvimos hablando de sus obras, de sus años de juventud, del Athletic...”, destacaba ayer Muniategi. En cuanto al papel que ha desempeñado el Premio Nadal en la literatura vasca, no tiene dudas: “Ha sido crucial, ya que ha sido una de las personas más destacadas dentro de la literatura vasca en castellano. Si por algo sobresalía Pinilla era por desempeñar una labor muy constante y ser un gran luchador”.
Por otro lado, el autor bilbaíno Unai Elorriaga, creador de SPrako tranbia (Un tranvía en SP), apuntaba que Ramiro Pinilla “ha aportado grandes cosas a la literatura”. “Somos dos autores muy diferentes, y cada cual aporta lo que puede, pero su labor ha sido grande. Es un buen escritor, aunque como todos tiene seguidores y detractores”, destacaba al enterarse de la noticia el Premio Nacional de Narrativa de España de 2002.
Otro de los que quedó impresionado por la muerte del ganador de dos Premio Euskadi de Literatura fue el escritor y periodista José Fernández de la Sota. “Me ha impactado muchísimo su muerte. Además de ser uno de los grandes escritores que ha dado el País Vasco en la segunda mitad del siglo XX, como persona era un hombre con unos valores personales y éticos que le han hecho ser un ejemplo para muchos autores como yo”, declaraba De la Sota. “Creo que es el escritor vasco más importante desde Pío Baroja”, concretaba al conocer su fallecimiento. El periodista bilbaino definía a Pinilla como un hombre “con una honradez extraordinaria”. De la Sota recordaba los años “en los que estuvo un tanto escondido tras ganar el Premio Nadal”. Años de silencio que no le han impedido ser “un claro referente de la literatura”.
Otra escritora que destacaba el valor humano de Ramiro Pinilla es Dolores Redondo. La autora de la Trilogía del Baztán tenía una cordial relación con el creador. “Llevo poco tiempo en el mundo de la literatura, pero tuve la posibilidad de conocerle. He coincidido varias veces con él, sobre todo en las Ferias del Libro y me llamaba mucho la atención cómo bromeaba y el magnifico humor que tenía siempre”, recordaba ayer la donostiarra. “Siempre estaba escribiendo, pero lo mejor era su humor y que era un galán con las chicas. Tenía esa chispa de tipo encantador que hacía que cuando hablabas con él no te dieras cuenta de que tenía 90 años. Parecía mucho más joven y tenía una gran vitalidad”, añadía. La autora definía a Ramiro Pinilla como “una fuente de inspiración para el resto de escritores”, como alguien que sin duda “va a dejar una gran huella”.