Araia - Tras la interesante charla-concierto que el profesor Kepa Pinedo ofreció el pasado sábado acerca de los bailes con txistu en el siglo XIX, la vigésimo segunda edición del Fin de Año Musical de Araia vuelve al siglo XXI de la mano el grupo alavés Malatu, que ofrecerá hoy una interesante síntesis musical, que irá desde el jazz y el blues hasta la canción de autor. Será, como de costumbre en este ciclo, a partir de las 20.00 horas en Andra Mari Aretoa.

El grupo Malatu toma forma el año 2005 a partir de músicos de diferente origen, tanto geográfico (son tanto de Gasteiz como de Leintz-Gatzaga) como musical, con procedencias en el mundo del jazz, del rock, de la percusión afro-latina, y de la canción de autor, creando una propuesta de fusión.

La banda está formada en la actualidad por siete componentes, con una amplia trayectoria musical, que interpretan temas originales, tanto instrumentales como cantados en euskara, así como versiones de temas clásicos del jazz o de canciones vascas tradicionales o de cantautores.

Parte de los componentes de Malatu proceden de la banda Anastua Jazz Perku Band, que funcionó hasta el año 2004. También participan algunos de ellos en otros grupos, como Potato, CCP, La Mujer Barbuda, Gasteiz Big Band, o han acompañado a otros músicos de la escena vasca como Ruper Ordorika.

La música desarrollada por Malatu está soportada por una base rítmica de guitarra eléctrica, piano, bajo y percusión, que combina ritmos latinos y africanos con el swing. La banda se completa con saxofón, armónica y la voz. Los componentes de Malatu son Iñaxio Gabilondo (voz y armónica), Mikel Gartzia (guitarra), Alberto de la Casa (bajo), Nando de la Casa (teclados), Txefe Ferroni (saxo), Laura Ortega (piano y voz( y Luisja Barrón (percusión).

Dicen que la música de Malatu trae el recuerdo de algún lugar lejano, que tiene la capacidad de llevar al público con la imaginación a un sitio lejano y desconocido, a una pequeña isla perdida en la inmensidad del océano o a un pueblecito pesquero. También que oyendo las historias que nos cuentan las canciones de la formación alavesa, es fácil imaginar que hablan al oyente de los habitantes de esos lugares, de sus vidas, de sus penas, alegrías y esperanzas. En definitiva, aseguran que los sonidos suaves y elegantes de Malatu, tan acariciadores como la brisa marina, tan llenos de melancolía y ganas de vivir transportan a Cabo Verde, New Orleans, La Habana, Cádiz o Lekeitio.