Vitoria - Por si las penurias propias del sector editorial no fueran pocas, los últimos años de crisis económica han terminado por ahondar en una situación que aconsejaría de todo menos meterse en ella. “Pero es que si no te arriesgas nunca...” dicen Josu Guinea y Eros Solano. Así que tanto ellos como Javier Barroso y Unai Wilhelm Ruiz han iniciado una partida empresarial con riesgos y complicaciones, pero también con no pocas satisfacciones.

Inmersos en el campo del rol y los juegos de mesa, su aventura se bautiza como La Guarida del Trasgo. Los cuatro emprendedores alaveses hacen con ella realidad el producto de compartir una misma pasión que les hizo coincidir en la asociación Vórtice. “Queríamos convertir el hobby en profesión, si es que eso era posible”, introduciéndose en un mapa editorial muy concreto y especializado (de hecho, en el resto del País Vasco sólo existía hasta ahora una firma afincada en Bilbao). Dicho y hecho. En febrero arrancaron y en junio su primer producto, la traducción al castellano de Hollowpoint, ya era una realidad en forma de 500 ejemplares y “recibiendo buenas críticas”.

“Hemos tenido que empaparnos muy bien de todo lo que supone montar una empresa de este tipo. Cuando eres un jugador, compras el libro y ya está, no eres consciente de todo lo que supone llegar a ese momento. Pero bueno, mucha gente monta empresas, no somos los primeros”, dicen con una sonrisa.

La traducción está siendo su primera jugada, traer el castellano libros interesantes, atractivos, estimulantes que, por las razones que sean, no se pueden encontrar si no es en inglés. Después de su ya mencionado debut, ¡Los Kobolds se comieron mi bebé! supone un nuevo reto que la editorial alavesa va a llevar a cabo gracias a acudir al crowdfunding que se cerró ayer completando la cantidad deseada.

“La cuestión es ir poco a poco, dándonos a conocer y ganándonos la confianza de la gente, para después crear nuestro propio juego, con nuestra historia, sistema... Es decir, dar un salto más e incluso en un momento dado poder también producir en inglés”, siempre desde la base de que ellos, como usuarios, son los mejores críticos sobre su trabajo como editores. “Hay que exigirnos el máximo”.

Claro que, como es lógico, esto es un negocio y la prioridad de la firma pasa por ser sostenible en lo económico. De momento no da pérdidas pero tampoco para que los cuatro se puedan dedicar de manera exclusiva a la empresa. “No podemos permitirnos ni un fallo”.

Bajo la premisa de que “un libro de juego de rol es un vídeojuego analógico”, ellos dicen representar “el ocio alternativo; en tiempo de crisis, salir un día, cenar y tomar algo son, por lo menos, 40 euros. Aquí, te compras un libro por 15 y te dura toda la vida. Lo puedes modificar, cambiar... Además, favorece el encuentro con tus amigos y fomenta la creatividad” haciendo que los implicados salgan de sus roles diarios y rutinarios. “En Estados Unidos y en otros países hay más cultura de este tipo de juegos, pero aquí ya se están empezando a abrir muchas mentes, ya no nos ve tanta gente como unos frikis”, ríen.

En realidad, juegos aquí hay pocos. En su lugar, muchas horas de trabajo, tiempo dedicado a la difusión de su trabajo tanto de manera presencial como a través de Internet (www.laguaridadeltrasgo.es)... Esta vez la aventura es muy real.