venecia- El autor bilbaíno, de 84 años, visitó por primera vez el festival de música contemporánea en 1964. “Y eso me espanta porque quiere decir que llevo medio siglo viniendo”, asegura en una breve charla que destila humor y humildad.
Pero aquí está otra vez...
-He venido a hacer lo de siempre, aquello que sé hacer: música. Porque hubo un tiempo en el que me dediqué a escribir para el cine porque no me quedaba más remedio, pero siempre he dicho que mi vocación ha sido la de ser compositor por la libre.
Ha presentado ‘Frondoso misterio’, una obra de 2003 que escribió pensando en Asier Polo. Él bromea diciendo que es muy difícil y que tardó siete meses en descifrar la partitura.
-Cierto, cierto. Para los intérpretes a veces resulta difícil interpretar este tipo de obras pero para mí también lo es hacerlas. Me ha costado lo mío componerlas, por lo que también es lógico que ellos sufran.
(Risas) ¿Por qué eligió a Polo para esta obra? De momento es el único que la ha representado.
-Le había escuchado bastantes veces y siempre me había parecido un solista estupendo. Cuando uno conoce a una persona con esa capacidad tanto técnica como expresiva, es difícil resistirse y un día le dije que iba a escribirle algo porque es buenísimo.
Ha vuelto a Venecia en compañía de otros dos autores, más jóvenes que usted?
-Somos tres compositores que tienen la osadía de estar vivos. No somos alemanes ni nos llamamos Beethoven. No estamos muy aceptados y el público, en general, no está al tanto de nuestro repertorio. Parece que algunos aficionados a la música solo aceptan a los compositores que llevan unos cuantos años criando malvas. Solo les digo que tengan paciencia, que todo llegará. (Risas)
¿Hacia dónde se dirige ahora su carrera?
-A morirme. Y lo digo sin ningún problema. No me asusta con tal de no pasarlo mal. Tengo más de 80 años y he pasado casi más de 70 componiendo: soy un pelmazo.