barcelona - Personalidades del mundo de la cultura y la política y lectores anónimos visitaron ayer por la tarde la capilla ardiente de la escritora y académica Ana María Matute, fallecida el pasado miércoles en Barcelona a los 88 años. Por deseo de la familia, la capilla, instalada en la sala 13 del tanatorio de Les Corts, se abrió al público para que sus numerosos lectores pudiesen dar su último adiós a la escritora barcelonesa.
Uno de los primeros en acudir fue el que fue su compañero en la Real Academia de la Lengua y amigo el poeta Pere Gimferrer, quien estaba bastante afectado. El tanatorio de Les Corts acogerá hoy la ceremonia religiosa a las 13.00 horas en la que el mundo de la cultura, y representantes políticos, despedirán a la autora de Olvidado rey Gudú y Aranmanoth, antes de ser incinerada y depositadas sus cenizas en un panteón de Montjuïc. Por la sala desfilaron ayer, entre otros, el director de la Agencia Literaria Carmen Balcells, Guillem d’Efak; la editora de Destino, Silvia Sesé; el director de Destino, Emili Rosales; el editor Jorge Herralde, las escritoras Maruja Torres y Pilar Castro Villaba, ganadora de la III edición del Premio Internacional Ana María Matute, y la cineasta Rosa Vergès.
Ayer se conoció que Ediciones Cátedra publicará en los próximos días una edición anotada de Luciérnagas, obra finalista del Premio Nadal (1949) de Matute y que, prohibida por la censura durante el franquismo, quedó inédita hasta 1955, cuando se publicó con el título de En esta tierra. - Efe/E.P.