Después de Yoyes (2000) y La buena nueva (2008), Helena Taberna afronta este año el rodaje de su tercer largometraje de ficción, El contenido del silencio, libremente inspirado en la novela homónima de Lucía Etxebarria. La grabación se desarrollará entre los meses de octubre y noviembre en Gran Canaria, así como en algunas localizaciones de la CAV (Zarautz) y quizá de Navarra. El elenco se confirmará en las próximas semanas.

Fue a finales de 2012 cuando Lamia Producciones compró los derechos cinematográficos de esta obra. “Me gustó mucho porque trataba un tema que siempre me ha producido una gran curiosidad, que es el mundo de las sectas”, cuenta Taberna, “muy ilusionada” con este nuevo proyecto que le permite recrear los dos aspectos que más le interesan del cine: contar relatos de acción que, a la vez, respiran una gran introspección que conduce a una transformación de los personajes. En el texto original, El contenido del silencio comienza con una llamada. La que recibe Gabriel cuando está ultimando los preparativos de su boda en Londres, ciudad en la que reside desde hace años. Su hermana Cordelia, de la que no sabe nada desde hace años, ha desaparecido en Canarias. Acompañado por Helena, la que fuera la mejor amiga de la desaparecida, inicia un viaje por Tenerife y Fuerteventura siguiendo su pista. En el guión que han escrito Taberna, Andrés Martorell y Nacho López, Londres es Bilbao y la isla, Gran Canaria. “Para mí era importante tener libertad para manejar y escribir una historia a mi manera de entender el cine y la vida, así que me puse en contacto con Lucía y firmamos el contrato”, explica la realizadora, que insiste en que el lenguaje audiovisual y el literario son paralelos y, por tanto, diferentes. En ese sentido, Etxebarria le brindó su confianza, lo cual es importante para Taberna, ya que tiene claro que en ningún caso haría la película para agradar a la novelista, como en su día tampoco hizo con Nagore para congraciarse con la familia de la joven asesinada. En ese caso, “seguí un pálpito personal de recreación de una historia para que tuviese trascendencia y provocase movimiento”, y en el que ahora le ocupa ha hecho lo mismo, rechazando desde el principio cualquier tipo de servidumbre a la narración inicial. “Me gusta estar libre y ligera, como a la mayoría de los directores de cine no me viene nada bien cargar más pesos y responsabilidades que los que me pongo yo, que son bastantes”, añade.

En cuanto a la filmación, la directora no revela aun el nombre de los intérpretes protagonistas, más que nada porque el reparto está por cerrar, y cuenta que acaba de regresar de localizar en la zona norte de Gran Canaria, donde no solo ha encontrado “lugares maravillosos”, sino “una atención excelente”. Allí discurrirá la mitad del rodaje, la otra mitad tendrá lugar en la CAV y también le gustaría grabar algo en Navarra, aunque no lo ha decidido, y hasta la fecha el Gobierno foral no le ha dado ninguna ayuda para esta propuesta.

La película está presupuestada en 2,5 millones de euros y es una coproducción entre Lamia y Zentropa Berlin. Asimismo, cuenta con la participación de TVE y de ETB.

thriller y viaje interior Uno de los aspectos que más le atrae de la historia a la directora de Extranjeras es la mezcla de thriller y de viaje interior del protagonista. Y es que, a la vez que encabeza la búsqueda exterior de su hermana, “sin saber si Cordelia estará viva o no”, irá experimentando una serie de peripecias que le harán replantearse toda su vida.

De nuevo, Helena Taberna se sumerge en un argumento en el que está muy presente la dicotomía entre lo individual y lo social. “Pensaba que esta historia era muy distinta, pero resulta que no”, bromea. En concreto, se pone sobre la mesa el modo en que la necesidad de afecto nos hace pertenecer a un grupo “y cómo se concita esa pertenencia con la libertad individual y la crítica a algunos aspectos del colectivo”. Porque “aunque las sectas llevan estos aspectos al extremo”, todos “nos movemos en grupos, sea la cruadrilla, un partido político, la religión...”

directora/productora La realizadora tiene “muchas ganas” ya de empezar a rodar. “Ya lo demás me da lo mismo”, dice entre risas. Levantar un proyecto cinematográfico hoy en España es “casi un milagro”, reconoce, aunque “a mí siempre me ha costado, antes y ahora”. No en vano, después del éxito de Yoyes ya vio que “esto iba a ser muy difícil”, así que “decidí que iba a disfrutar de todas las fases del proceso, celebrando cada paso” y optó por crear Lamia Producciones para sacar adelante sus ideas. Ser directora/productora le ha dado libertad e independencia, “pero también hace que todo sea más lento y costoso”, comenta. Sea como sea, “lo que más me importa es hacer una película maravillosa, fina y atenta a todos los detalles para que funcione”; y, como es lógico, “una vez que esté terminada lo que querré es que esté en el mejor de los festivales, que hagamos unas presentaciones estupendas y que guste a todo el mundo”.

Para controlar que cada fase se complete con éxito, Taberna cuenta con Iker Ganuza, “un productor creativo” que no solo se implica, sino que “tiene un criterio brillante, ayuda y mima los proyectos desde todos los ángulos”. “A mí no me interesan los productores que solo aportan dinero, sin alma y sin pasión por el proyecto ni conocimiento de la cultura cinematográfica como elemento fundamental de transmisión de cultura y de valores”, afirma. Y apunta que, en la actualidad, Ganuza desarrolla todas esas facetas también como productor de cortometrajes desde Lamia, algunos de ellos ya premiados.

Título. El contenido del silencio.

Directora. Helena Taberna.Rodaje. Octubre y noviembre de este año.

Localizaciones. Gran Canaria y Gipuzkoa.

En los últimos años, la realizadora navarra ha viajado por el mundo para dar a conocer sus filmes y participar en ciclos dedicados a su trabajo. Estos recorridos “me han aportado muchos amigos”, sobre todo en Latinoamérica, donde ha conectado con directores que han abordado asuntos como el de la memoria histórica o la influencia social de los grupos armados. “Es bueno conocer otras cinematografías y ver qué nos une y qué nos separa”, dice.