donostia - Estos días, los familiares y allegados de Mikel Laboa (Donostia, 1934-2008) tienen muy presente en la memoria la figura del hombre que hace cinco años dejó huérfana a la música vasca y que el domingo pasado habría cumplido ocho décadas. Coincidiendo con la efeméride, su viuda, Mari Sol Bastida, presentó el pasado jueves el libro Memorias. Una biografía de Mikel Laboa (Elkar), que ella ha escrito en castellano y que cuenta con una versión en euskera traducida por Koro Navarro, amiga de la pareja, y Juan Kruz Igerabide, director de la Cátedra Laboa de la EHU-UPV. "De forma inconsciente y sin objetivo definido comencé a construir el libro en la primera mitad de los años 60", explicó Bastida al inicio de una presentación en la que participaron diferentes personalidades como el escritor Bernardo Atxaga. En la rueda de prensa se vivieron momentos de gran emoción, especialmente cuando su mujer iba recordando sus vivencias en común, unas veces con una amplia sonrisa en la cara, otras tratando de contener las lágrimas.

Presentado como la biografía más completa y significativa de Laboa, el libro recopila un sinfín de documentos, títulos académicos, anécdotas e incluso críticas, y muestra el lado más "generoso, original y humorístico" de Laboa. Esta descripción en muchos casos también coincide con la de Bastida, ya que "en ciertos aspectos eran muy parecidos", según dijo Koro Navarro. El volumen está compuesto por casi 400 páginas entre las que se encuentran fotografías con imágenes familiares del matrimonio.

Estas memorias se han realizado con la ayuda y aportaciones de grandes amigos, que han acompañado a la pareja durante toda la trayectoria profesional de Laboa. La biografía está estructurada cronológicamente, desde su nacimiento hasta el año 2008, cuando "tuveron que separarse". Además, se hace especial hincapié en su querida ciudad natal, Donostia, así como en distintos aspectos de la historia y cultura vascas. Antxiñe Mendizabal, editora del libro, explicó que el trabajo "está escrito desde el cariño y la admiración" hacia el patriarca de la música vasca.

Mari Sol Bastida se remontó medio siglo atrás para hacer un breve resumen del origen del libro. Reconoció que tras casarse en 1964, empezó a recopilar documentos y grabaciones de la actividad artística de su marido: "Aunque antes también sabía a qué se dedicaba, fue entonces cuando empecé a valorar lo que hacía".

Entre las vivencias compartidas en la rueda de prensa, figuran curiosidades como el carné de "Espectáculo Social Circo y Variedades" expedido en Zaragoza en 1963 que le habilitaba "en principio" para cantar en público "aunque esto no aseguraba que no hubiera objeciones posteriormente", recordó.

Durante las décadas siguientes, Bastida fue recopilando documentos sobre las grabaciones, las críticas de las actuaciones de Laboa, entre otros, y a partir de 1984 comenzó a escribir notas sobre el material obtenido en el que además contaba sus vivencias personales y el entorno de sus amistades.

"De notas pasé a cuadernos", relató Bastida, quien a partir de 2010 inició la redacción de las memorias que concluyó en junio de 2011. A partir de ahí, hubo una labor continua de corregir y mejorar el texto. En 2013 pidió al director de la Cátedra Laboa que se encargara de traducir el texto. Igerabide reconoció haberse quedado "impresionado" por la idea y animó a Bastida "a seguir adelante con el proyecto". Así, la labor principal de la Cátedra ha sido impulsar la versión en euskera del libro. "Ha sido más especial realizar la traducción de este libro porque conocía a Mikel", dijo, emocionado.

Dudas sobre la publicación En muchas ocasiones, lo desconocido crea miedos e incertidumbres. Es por eso, que al final del proceso la viuda de Laboa albergó ciertas dudas sobre la conveniencia de publicar el texto. Al final, decidió editarlo al recordar que Mikel "siempre le animaba a hacerlo". Así pues, tomó la decisión de seguir adelante porque consideraba que "conocer el pasado era importante" y podía ser una "aportación" para elaborar el relato del contexto sociocultural de la época.

A pesar de lo que ha trabajado para sacar el proyecto adelante, Bastida afirma emocionada: "Lo he pasado muy bien escribiendo y cuando lo leo, vuelvo a vivir aquellos años junto a Mikel".