el lunes, Mediaset puso en antena a través de su canal Tele 5 un novedoso producto serial que lleva por castizo título El chiringuito de Pepe que se ha convertido en fuerte apuesta de los italianos en el tramo final de la temporada televisiva. Tres actores importantes del negocio del espectáculo al servicio de una historia trufada de situaciones que enriquecen el guión con sorprendentes escenarios que mantienen atrapado ante la pantalla al espectador, que consume con placidez los nuevos modos narrativos que la serie ofreció en su primera entrega. Por cierto, que le dio un baño de audiencias al estreno de Montero y el otro Millán, Salcedo. Blanca Portillo, Jesús Bonilla y Santi Millán son la tripleta atacante del elenco de secundarios que con estilos diversos y modos actorales diferentes van a construir el universo de un chiringuito de playa de la costa mediterránea localizado en la papal y castellonense Peñíscola. De los tres actores, Portillo supo darle carnadura a su papel de mujer del mar, Bonilla mantuvo sus tradicionales registros y Millán enfatizó en su papel de masterchef de lujo, un tal Sergi Roca; ¿les suena? Junto a estas tres estrellas de la interpretación, aportan a la serie sus haberes, actores como El Langui, Adrián Rodríguez, Begoña Maestre o Dafne Fernández, que volvieron a demostrar el potencial interpretativo de actores y actrices secundarios en una serie con vocación de lujo y elegancia en el tratamiento de la luz, encuadres, secuencias y montaje con técnica de corta y pega que presenta a los protagonistas con singularidad y estilo. Un repertorio de secuencias muy disímiles desde el naufragio de Pepe a la presentación de los tres apaches de la cocina o la llegada del gran chef buscan una estética especial, un ritmo del contar que funcionará, a tenor de lo que ocurrió con el primer capítulo.