Madrid- En torno a la gran pasión que sentía Le Corbusier por el paisaje gira la exposición que CaixaForum Madrid dedica al padre de la arquitectura moderna, del que también muestra sus grandes proyectos y sus múltiples facetas artísticas. Doscientas obras forman Le Corbusier. Un atlas de paisajes modernos, un mosaico artístico compuesto por maquetas, pinturas, planos, fotografías, audiovisuales, además de la reconstrucción de cuatro interiores.
Con su mobiliario original se exhiben interiores de la Maison Blanche; un pabellón para la Villa Church, en Villed'Avray; la unité d'habitation de Marsella, y la cabaña de Roquebrune-Cap- Martin, donde Le Corbusier pasó los últimos días de su vida
Protagonistas de este recorrido son también proyectos como el de la Villa Savoye, el Palacio de los Sóviets, de Moscú, los edificios del Capitolio en Chandigarh, en la India, además de la capilla de Ronchamp, el Plan Voisin, en París, o el Plan Maciá, en Barcelona, que no llegó a ver la luz por la Guerra Civil española.
Madrid es la tercera etapa de una muestra que se ha exhibido en el MoMA de Nueva York y en CaixaForum Barcelona con gran éxito de público. La intención del comisario Jean-Louis Cohen, experto internacional en la historia de la arquitectura y el urbanismo, ha sido "enfocar distintos aspectos que se han pasado por alto y que son importantes en el discurso de Le Corbusier".
Aunque no fue el primero que viajó, "sí fue el primer experto que trabajó en los cinco continentes, por lo que su trabajo tiene una geografía muy amplia y eso es lo que he tratado de analizar", señaló el comisario Cohen, para quien el autor trató el paisaje "de forma metafórica".
El padre de la arquitectura moderna utilizó los principios del paisaje, "que le permitían desarrollar muchas ideas a distintas escalas", comentó el comisario.