pamplona - Miguel Sánchez-Ostiz ha presentado en Katakrak su nuevo libro, el dietario correspondiente al pasado año 2013, que lleva por título Con las cartas marcadas. Y lo ha hecho de forma coherente y sinceramente hermanada con el contenido del mismo, es decir, supurando asco por los acontecimientos vividos e indignación por el trato que han recibido los ciudadanos por aquellos que "nos someten, no que nos gobiernan, porque gobernar es algo muy distinto a lo que están haciendo". Un asco, eso sí, marca de la casa, erudito, sentido y, cómo no, irónico y ácido.
En la presentación del volumen, el autor navarro estuvo acompañado por el también escritor Ignazio Aiestaran, quién apuntaló excelentemente las cartas marcadas sobre cinco claves. "En primer lugar, la importancia del diario como fórmula que usa Miguel en varias de sus publicaciones, una fórmula difícil que es en la que más se expone el escritor. La segunda es la poética del viaje, ya que la vida es un viaje para Miguel y, al mismo tiempo, el viaje le sirve como aprendizaje en la vida. Su mirada en este sentido es humilde y cercana a la realidad, alejada del cosmopolitismo del dandy. La tercera sería la crítica de la cultura en la Transición: Sánchez-Ostiz es una gran voz frente a toda esa cultura heredada de la Transición que ahora está en crisis. La cuarta es la escritura como una reflexión polifacética integral sobre el arte y la cultura; ya que en la obra de Mi-guel hay referencias de todo tipo a la literatura, a la pintura, fotografía, cine, música, arquitectura... Y por último, la ética del asco, y es que ya no estamos en el momento de la indignación sino del asco, que tiene una función ética, no solo es algo fisiológico".
el asco Una vez que vio desgranado su libro de forma tan concienzuda, Sánchez-Ostiz se apuntó al "barullo y la escorredura" como pauta para explicar su nueva obra, "ya que es así como vivo. Como decía aquel jula de Pamplona, voy disfrazado de riada, y de esa riada y escorredura es de lo que trata este dietario". Sánchez-Ostiz explicó que se trata de "una suma de anotaciones que corresponden a un año particularmente desagradable de nuestra vida, 2013, que corre peligro habérsenos olvidado porque muchísimos de los hechos de la vida pública que nos han tocado a todos se han convertido en rutina; es decir, frente a lo que en enero de 2013 nos producía una reacción inmediata casi de sublevación, ahora nos hemos ido acomodando, poco a poco, como si hubiera que transigir y tragar con todo... Cuentan con que mañana otra enormidad habrá olvidado lo de ayer; es decir, mañana no sé qué estupidez se le ocurrirá a Esperanza Aguirre que haga olvidar la más reciente de los toros y la españolidad. ¿Y yo qué puedo hacer frente a esto? ¿Señalar que es una canallada? Bien, ¿y qué? Lo único que puedo manifestar es que me da asco; no tengo la posibilidad de ponerle un bocao, como hacen los jinetes que tanto les gustan. En este sentido, en el libro más que tu irritación manifiestas tu asco frente a unas situaciones que yo no pensaba que íbamos a vivir nunca. Pero esto del asco ya no es un asunto solo mío, es una epidemia... pero que no llega a servir para obtener una mayoría parlamentaria. Es decir, hay una mayoría social que permite que esta gente esté en el Gobierno coceándonos un día sí y otro también. Y, sobre todo, sucede que muchos de estos abusos cuentan con el beneplácito de una sociedad que los aplaude, como por ejemplo la violencia policial. Y por otra parte, estamos viviendo con la sensación de que hay una impunidad nacional, hay gente que no es que tenga inmunidad parlamentaria, sino impunidad. Un episodio como el de Esperanza Aguirre con su coche, si le hubiera sucedido a cualquier joven de aquí, estaría todavía en prisión". Este dietario, según apunta Sánchez-Ostiz, refleja ahora mismo "lo que tengo que hacer yo. Es decir, como escritor no puedo permanecer indiferente a lo que nos está sucediendo a todos. Si aparecen asuntos de mi vida privada es por otra cuestión que me parece muy importante, y es que ¡no pueden vencernos! ¡No pueden pisotearnos de tal manera que nos jodan también la vida privada!